Amor eterno.

Algunos lo ven un tanto extraño. Pero lo que yo hago es un proceso absolutamente normal. Diría que hasta necesario. ¿Quién quiere ser olvidado? Nadie en este mundo quiere ser olvidado. Mi novio tampoco quería ser olvidado.   A pesar de todo el daño que me hizo, yo siempre le fui fiel. Y lo sigo siendo. Es que en mi noble corazón siempre habrá un espacio para Él. Cuando me enteré que él buscaba en otras personas el amor que supuestamente yo no le brindaba me enfurecí. Es que...yo le daba todo. Él no necesitaba nada. Sólo a mí. Él me tenía y no era capaz de verlo.   Entonces, entendí que no era su culpa. Ya no estaba molesta. Fui comprensiva, y decidí ayudarlo. Estaba claro que era un simple infeliz que nunca podría descubrir el significado de la felicidad.   Por eso mismo, para acabar con su sufrimiento lo maté.   ¿Cómo voy a extrañarlo?, extrañarlo sería muy egoísta de mi parte. Todo lo que hice fue para que el abandone el sufrimiento. Además, de todas formas, siempre estará presente aquí.   Otra vez, pensando en él, cumplí mi promesa de recordarlo por el resto de mi vida. Por eso conservé algunas extensiones de su cabello y las utilicé para peinar a mi muñeco de la infancia Tobias y le otorgué su apellido. Como si ésta fuera una demostración pequeña de amor, también enterré sus huesos en el jardín del fondo. De esta manera, cada vez que mis pies pisen el césped su energía y la mía se conectaran por un rato.   Yo estoy muy bien con eso. El haber adoptado a este bendito niño me ha mantenido en pie desde entonces. Es una pena que Tobi no tenga siempre presente a su padre, pero si no podía mostrarle a su propio hijo cómo ser una buena persona es mejor que se haya ido y no genere ninguna otra decepción en la familia.   Nos juramos amor eterno, y no somos el tipo de amantes que no cumplen sus promesas. Siempre juntos mi amor, siempre.