Denunciar relato
El espejo es un maestro inútil, ni una sola vez he aprendido de él algo cierto.
Y lo peor es que solo encuentro azogue en los ojos de los demás; y el hecho de poder formular una pregunta no hace sino embarullarlo todo.
He roto espejos.
Algunos incluso sangraron.
Pero tras su destrucción en añicos no se reveló nada, solo un vacío lleno de paisaje.
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