Y lo mandaría.

Los acontecimientos primorosos, únicos...

aquello a lo que llamamos especial por lo que nos levantamos cada mañana sea con la sonrisa o con el pie cambiado esos maravillosos instantes que recordamos  de ancianos, cuando se retrocede en la búsqueda de alientos por los que seguir en pie. Esos momentos, tan exiguos... que prefiero rellenarlos de mil detalles que compongan ese único momento, por si no me llega, se resiste si no estoy en ese momento adecuado en el sitio que mi presencia requiere,  por si eso que llamamos destino y quizás lo sea, le de por joderme.  Estoy en la labor, llenando esa mochila de aún poco peso, donde guardo abrazos, besos charlas, miradas, y otros secretos que ahora no recuerdo. por si acaso ese destino quiere joderme voy preparado, y lo digo convencido hasta que sucede ese suceso extraordinario... entonces, la mochila desmoronada... y la sensación de que escogería esa emoción de lo impredecible, a los mil detalles que he ido guardando y que también me dan la vida. Y lo mandaría todo a la mierda.