Ecuación química (II)
Por Luna White
Enviado el 12/06/2015, clasificado en Amor / Románticos
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< ¡Bien bien bien, aún no ha llegado! Madre mía…, y ¿yo? ¿Cómo he llegado hasta aquí?>
La verdad que no tuvo que pensarlo mucho, sin apenas darse cuenta se vio frente al stand de los video juegos del El Corte Inglés… “wow, cómo me gusta este juego. ¡A ver cuándo puedo comprármelo”… “si prometes no seguir portándote así conmigo…, yo te lo regalo”…; una mirada esperanzada y segura de la respuesta que escucharía, se dibujó en la cara de Julia. “Ya…, pues entonces mejor espero sentado”. El rictus en la cara de Julia se reflejó en sus propios ojos, como si pudiera ver el reflejo de lo que sus oídos acababan de escuchar…“perfecto, con eso queda todo más claro, ¡¿pero tú sabes lo que me acabas de decir?!”. Sergio simplemente la miró con arrogancia y siguió recorriendo con sus dedos los video juegos colocados frente a él.
Julia se quedó paralizada sin saber si aún no se había despertado aquella mañana y aquello era una pesadilla, < ¿quizá a esto se refería mi madre con aquello de quedarme parada como un pasmarote?>. Fuera lo que fuera aquello, sabía que no era bueno y era solo la gota que colmaba el vaso a unos meses de desplantes y actitud prepotente que no reconocía en Sergio, y mucho menos en la persona que quería tener a su lado, <¿acabaré siendo como esas chicas que tienen una pareja estable que no les hacen felices y tienen la sangre fría de compensarlo con escarceos más o menos regulares? ¡Imposible! ¿Estar con otro? ¿Que me vean desnuda yo que tengo una depilación bastante controvertida? No, no, no…, tengo que encontrar una solución>.
– ¡Hola! ¿Hay alguién? -Julia volvió de aquellos pensamientos que nunca podría olvidar, y vio a Álvaro frente a ella con una sonrisa de oreja a oreja-. ¿Ni siquiera dos besos…? -Iba a tener razón y no le miraría igual, Julia se dio cuenta que lo que quien estaba frente a ella no era el chico con el que recordaba haber compartido días de fiesta durante el último año.
-¡Claro! -Quizá tambien los esperaba diferentes…, pero no, eran los mismos dos besos de siempre. Ni más lentos, ni más sentidos ni más nada. No pudo evitar sentirse decepcionada-. Vamos, tengo que comprarle unos CDs para no sé qué…, la verdad que desconecto cuando me habla de todos esos planes frikis esos que hace.
-Jajajajaja, sí, yo también me pierdo en esos temas, prefiero otros. -<¡Eh, espera! Esa mirada, ese comentario… ¿no tenían otro significado? ¿Me estaba intentando decir algo? ¡¡Para Julia paraaaaaa!!>-. Después vamos a casa ¿vale? Compré bebidas y así hablamos tranquilos y no podemos encontrarnos a nadie.
-¿Encontrarnos a nadie? ¿Acaso estamos haciendo algo malo?
-Bueno…, ahora no. -Su mirada pícara que Julia le había visto con tantas chicas apareció antes de que continuara-. Ya sabes cómo es la gente, si no sabe, inventa.El tan común… cuenta y exagera.
Julia sonrió, bajo la mirada y entró a comprar los dichosos cds. Ya en el coche de camino a su casa le intentaba mirar de reojo y seguía auto convenciéndose de que no le gustaba lo que veía; todos los defectos posibles, y sino, los inventaba. Llegaron a casa y Julia no pudo evitarlo… < ¡Cómo me gusta esta casa, y este barrio! Sí…, ya me estoy convirtiendo en esas chicas>.
-¿Estás bien?
-¿Qué? Perdona, ¿por qué? ¿Me decías algo?
-No no, es solo que tienes una expresión rara…, que si lo prefieres bajamos a la terraza de aquí al lado.
-No no, tranquilo, aquí estamos bien. -Ya notaba cómo se estaba poniendo colorada y lo siguiente era tartamudear. Se alejó de él y se dirigió a la sala donde tantas fiestas habían celebrado.
-Como sigamos negando tantas veces…, no va a ser una tarde divertida… -Álvaro apareció con las bebidas y Julia pudo jurar que veía algo, no sabía el qué, en esa mirada tan penetrante. < ¿Es cómo las que regala a todas las demás cada sábado? Creo q hay algo diferente… ¡pero como para fiarme de mí misma!>.
Álvaro le ofreció uno de los vasos y se sentaron en el sofá. Antes de que Julia pudiera decir nada, él encendió la televisión y comenzó a cambiar de canal sin tiempo a ver qué echaban en cada uno. Se suponía que habían quedado para aclarar lo de hacía apenas un rato. Julia estaba desconcertada, < ¿es una broma? Se supone que le gusto ¿no? ¿Qué hace viendo qué hay en la tele?>.
-¡Mira!Esta puede estar bien, por lo menos parece ser de esas tontas.. -Antes de que Julia pudiera siquiera mirar lo que tenía delante, Álvaro comenzó a reírse con naturalidad pareciendo que realmente sí le gustaba la película. De repente dejó de reírse y la miró-. Pero ¡vamos! Que podemos poner lo que quieras.
-No, no, está bien… -< Soy completamente nueva en esto, ¿qué se supone que debo hacer? ¿Hablo? ¿Dejo pasar el tiempo? Tendré que seguir diciendo que no para al final hacer lo que él propone, que por cierto…, ¿qué leches es?>-. Aunque…, se supone que íbamos a dejar zanjado lo de antes ¿no?
-Yo ya lo he dicho todo, la televisión solo es paja de fondo …-¡qué gran símil-, ahora te toca a ti.
Álvaro no la miró, era la primera vez que sentía esa inseguridad y vergüenza hablando con una chica y sabía perfectamente por qué era. Si ella no daba el primer paso, él ya había dado el suyo. Pasaban los minutos y ambos fingían estar muy metidos en la película hasta que Julia se levantóó dispuesta a marcharse, había quedado con Sergio y se le haría tarde si no se iba ya. Sentados en el sofá se habían acercado, acariciado…, pero nada pasaba de ahí
-Espera…, si quieres te acerco yo y así podemos hablar.
-¿Ahora? ¿Después de casi dos horas…?
Estaban de pie en medio de la sala, y sin saber cómo, Julia creyó que todo desaparecía a su alrededor…, no oía ni veía. Un escalofrío completamente desconocido la recorría despacio, aumentando en intensidad según pasaban los segundos y sentía a Álvaro más cerca de lo que creía…, < Esto sí que es completamente nuevo, ¡cómo me está mirando! ¿Qué se supone que debo hacer, coger la puerta y marcharme…? no, no, no, ¡otra vez negando! Esto hay que dejarlo zanjado ahora>
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