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-¿Hay alguna forma de solucionar esto?- Dijo suave y tristemente, mientras tomaba su brazo, tratando de impedir que se fuera.
-No- Resonó por toda la ciudad. Las lágrimas recorrieron su cara. No había nada más que hacer, en ese momento la sospecha se transformó en realidad. Soltó su brazo, ya no tenía sentido seguir reteniéndola, la esperanza había desaparecido, ahora lo único que quedaba era dolor y tristeza. Y soledad.
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