Emocionalmente Inteligentes

A veces en la vida, lo que piensas que ya es pasado, que está más que olvidado, que ya no te importa, que te has dado cuenta que no merece la pena, que no vale gastar un minuto más de tu tiempo recordando y pensando, pasándolo mal; cuando en tu cabeza y en tu corazón hay un clic que se torna y se vuelve hacia el lado que tú quieres, ese en el que nada duele, en el que tus sentimientos se quedan atrás y ya no sientes nada, y piensas ¿cómo he sido tan tonta?¿cómo he estado tan ciega? Ya lo he superado, puedo seguir adelante, ya no me afecta…
En ese mismo instante, un simple: “nos vemos, quiero quedar contigo” te aplasta como si fueras una indefensa hormiga abatida por una estampida de elefantes.

Esas cinco simples palabras, esa escueta oración, se apodera de ti, consigue que se te vuelque el corazón y que todo vuelva a empezar: los sentimientos, el malestar, la batidora en tu cabeza con todos los recuerdos dando más y más vueltas, el loco pensamiento, las dudas, la incertidumbre, tantas y tantas cosas…

¿Y al final para qué? Esperas y esperas durante días esa llamada, ese mensaje de wasap que te diga: “quedamos hoy, me apetece estar contigo”. Eso nunca llega, tu esperanza está al 100% durante esa semana, dos semanas, incluso el mes…”seguro que me llama hoy, me mandará un mensaje…” intentas auto convencerte a base de “tiene mucho lío, seguro que el finde me llama…” mil excusas que te pones a ti misma.

Pero, ¿sabes cuál es la conclusión? Esa comunicación con la otra persona nunca llegará, lo pasarás mal otra vez, te volverán los recuerdos y las neuras, y al final para nada. Te doy un consejo: no te fíes nunca de alguien que no cumple con lo que dice, que dice una cosa y hace lo contrario, y encima con mil disculpas. No te dejes engatusar por esa sonrisa, esa dulce voz que hace que sus palabras parezcan reales, esa mano que aprieta la tuya; todo eso es lo políticamente correcto, el “quedar bien” pero no es real.

Seamos más emocionalmente inteligentes y evitamos a esas personas encantadoras que nos hacen perder la cabeza.