AÚN TE SIENTO

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Sentada frente a su escritorio intentaba concentrarse en su trabajo, sin embargo era difícil, tan sólo de pensar en la noche anterior…

Difìcil olvidar esas manos recorriendo todo su cuerpo desnudo, difìcil no sentir su cuerpo vibrar!

Sí, esas manos que avasalladoras la hacían sentir un calor explosivo interno.

Ella inquieta se movía de un lado a otro sobre su silla mientras cerraba los ojos y su pensamiento volaba nuevamente a esa lengua húmeda recorriendo suave y firmemente sus senos…

- Oh qué lengua!... Pensaba.

No puede relajarse, se levanta de la silla, se acomoda la blusa y la falda que ajustaba sus caderas hasta las pantorrillas, camina sin prisa… su escote discreto la hacía lucir sensual; el taconeo de sus zapatillas negras la llevan hasta el baño; entra y pone el seguro.

Frente al espejo había un pequeño sillón, se sienta como agotada, mientras suspira cruza sus hermosas y torneadas piernas, vuelve a cerrar los ojos para regresar nuevamente a esa exquisita noche, involuntariamente abre las piernas y sus manos bajan despacio sobre ellas acariciándolas suavemente, sus pensamientos la han hecho vibrar de placer tan solo de recordarlo!

Su mano izquierda se posa en sus pechos erguidos y acaricia sus pezones con su dedo índice, lo chupa para acariciarlo… echa su cabeza hacia atrás y comienza a gemir suavemente. Por su mente pasa la imagen del cuerpo de aquél hombre que la hizo estremecerse la noche anterior; cuerpo firme y moreno, manos grandes y suaves pero sobre todo muy pasional.

El calor sube más e introduce su mano derecha por entre sus pantaletas hasta llegar a los labios vaginales… Queda en una posición delicadamente sensual, sus piernas abiertas, la cabellera cayendo sobre sus hombros, sus pechos se asoman erectos y apuntando al frente como incitando a besarlos.

- ¡Mmmh que mojada me tienes!

Susurraba mientras su mano en movimientos rítmicos hacía que su cuerpo se encurvara mientras se masturbaba. Su mano izquierda sigue acariciando sus grandes senos… va y viene entre un pezón y otro.

Era un hecho que toda la noche había permanecido inquieta y excitada a pesar de los varios orgasmos que él le habia provocado de manera ardiente, era tal el deseo que tenía por él que no pudo evitar encerrarse en el baño para revivir un poco más de esos momentos fogosos con él.

Con los ojos cerrados ella sigue suministrándose placer intentando sentir que las manos que la acarician son las de él, deseando que sus dedos no son sus dedos, deseando ardientemente que él fuera quien la penetrara… se convulsiona más imaginando que ese delicioso pene es el de él que la toma y la hace suya nuevamente…

  • ¡ Te deseo tanto!

En un leve grito esa catarsis orgásmica la recorre por todo el cuerpo, la deja exhausta y ensimismada en su placer.

  • Toc toc

¡Tocan la puerta!, rápidamente se lava las manos y se arregla la ropa. A trabajar.


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