En el probador
La acción transcurre como no en Madrid, en un centro comercial del extrarradio, es verano, hace bueno, la temperatura es alta y nos encontramos en una tienda comprando ropa, es una tienda mixta, yo estoy mirando bañadores y tú lencería, nos pedimos consejo mutuamente y después de decidirnos, nos dirigimos a los probadores con varios modelos, yo voy con dos bañadores y tú llevas dos conjuntos de lencería (uno color berenjena y otro rojo pasión). Llegado el momento de probarnos las prendas, tú decides que te gustaría que yo viera como te quedan los conjuntos, para que, pueda opinar y así ayudarte en la decisión. Te propongo compartir probador y así tú también puedes ayudarme a elegir.
He de decir que la tienda es grande, los probadores están alejados y no hay nadie que controle la entrada a éstos, además no hay mucha clientela, puesto que, es casi la hora de comer.
Nos metemos en el probador más alejado de la entrada y después de dejar las prendas colgadas, empiezo a desnudarme, me quito el polo que llevo, dejando mi torso desnudo y a continuación me quito el pantalón corto, quedándome solamente con el bóxer puesto. Mi polla comienza a aumentar de tamaño debido a lo excitante de la situación, el bóxer no puede disimular lo evidente. Cojo un bañador para probármelo y en el último momento decido quitarme el bóxer quedándome desnudo frente a ti, tu mirada te delata, te gusta lo que ves y decides cogerme el miembro con la mano, una mano suave y cálida. Tu caricia es sumamente sexy, acaricias todo mi miembro e inicias un vaivén que a punto está de hacerme correr de gusto. Tu boca busca la mía y nuestros labios su juntan en un apasionado beso, nuestras lenguas juguetean mientras compartimos nuestra saliva. La excitación se apodera de nosotros.
Tú por tú parte dejas caer tu mini short y te quedas frente a mí con tus braguitas negras, te desprendes de tu blusa y dejas al descubierto un bonito sujetador negro con transparencias y encajes. Con un hábil movimiento sueltas el cierre y dos perfectos pechos quedan a mi vista, me siento en el probador y te atraigo hacia mí, hasta que, con mi lengua puedo saborear tus hermosos pechos, paso mi lengua por ellos suavemente, entreteniéndome en tus pequeños pezones, los cuales mordisqueo y succiono una y otra vez. Tus gemidos empiezan a salir de tu boca, a mí me encanta pero me doy cuenta de que a ti también te gusta. Con un delicado movimiento te despojo de tus braguitas quedando tu sexo expuesto a mis miradas y a mis caricias. No tardo mucho en acariciar tu sexo, introduzco mis dedos en tu boca y aun húmedos por tu saliva los introduzco en tu coño arrancando de tu boca un gemido aún mayor, suavemente empiezo a jugar con ellos dentro de ti. La humedad que muestra tu rajita me demuestra que lo estoy haciendo bien y que te gusta. Con la otra mano cojo tu culo y empiezo a acariciarlo con suavidad, a la vez que te voy atrayendo hacia mí. En ese momento decido centrarme en tu clítoris y comienzo a jugar con él. Tus gemidos van creciendo tanto en frecuencia como en intensidad, hay un momento en el que tememos ser descubiertos, mis caricias surgen efecto y tras un grito de gusto comienzas a correrte con mis dedos dentro de tu coño. La cascada de flujos es abundante, terminas con las piernas totalmente mojadas al igual que mi mano. Sin darte tiempo a descansar te doy la vuelta y hago encajar tu coño con mi polla, ésta se abre paso entre tus labios y logra un acople perfecto, lentamente inicio los movimientos de sube y baja, aunque por poco tiempo, ya que, tú empiezas a cabalgarme a una gran velocidad. Mi polla entra hasta el fondo, mis testículos chocan con tu culo y de tu boca comienzan a salir gemidos entrecortados. Cojo tus tetas con mis manos e inicio un sobeteo mientras tú sigues follándome con fuerza, no creo que pueda aguantar mucho, quiero correrme tanto dentro como fuera de ti, me encantaría correrme en tu boca o en tus pechos y también sería delicioso correrme dentro de ti, es una cosa que voy a dejar a tu elección. Tú, tras un gemido de placer, te corres una vez más, mojando mis piernas con tus flujos. A pesar de que bajas la intensidad de la cabalgada, no paras, quieres más y yo te lo voy a dar. Sujeto tu culo y comienzo a subir y bajar mi cuerpo, las embestidas son lentas pero profundas, cada golpe hace salir de tu boca un gemido y cuando noto que ya estoy a punto te lo hago saber y te hago la gran pregunta ¿Dónde quieres que me corra? Tu respuesta es clara, te gustaría en la cara o en los pechos, así que, te hago poner de rodillas y tras meterte mi polla en la boca e iniciar una tremenda mamada, haces que llegue al punto de no retorno y tras sacarla de tu boca me corro abundantemente en tu cara y en tus pechos, debido a la gran excitación que tenía, salen de mi miembro una gran cantidad de chorros de semen que logran embadurnarte totalmente. Es una escena muy sexy, ver tu preciosa cara y tus perfectos pechos llenos de leche es una imagen que no podré olvidar en la vida. Salimos más tarde del vestuario sin ser vistos y sin comprar nada por no haber tenido la oportunidad de probarnos la ropa. FIN
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