Mientras todo continúa tenemos la obligación de seguir intentándolo, las mañanas se suceden y nos traen otras oportunidades que se asemejan a reflejos que inundan otra estancia de nuestras vidas.
¿Qué serían la interminable sucesión de momentos si no fuésemos capaces de seguir un camino?, tan parecido a un reflejo en el agua que se desdibuja mil veces y de nuevo volvemos a buscar uno similar al original. Conseguir captar ese reflejo que nos traen ciertos momentos de la vida es lo que todos queremos, pero ojalá fuese tan fácil. Tenemos mil cosas en la cabeza y un continuo bombardeo del exterior, lo que hace que sea una misión bastante difícil.
Cazadores de reflejos seríamos en esta vida llena de luces y sombras. Siempre hay momentos de pausa en los cuales es más fácil recibir esa luz que nos guía y nos da confianza en nosotros.
Éste es mi reflejo 14, que como todos los anteriores no llega con fuerza ni plenitud, sino que es más parecido a una onda que deja una huella leve que se borra rápidamente y siempre dificulta la comprensión de lo recibido.
Ahora espero al siguiente, como se suceden las luces y sombras.
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