Si están leyendo esto es porque decidí asesinarme, fue una decisión difícil, diría yo muy difícil, lo último que faltaba para que yo lograra esto es que ella me traicionara como lo hizo, siempre pensé en como quitarme la vida pero todos los métodos me parecían duros y dolorosos así que preferí entrar al ejército y cuando me dieran un fusil dispararme en toda la cien hasta ya no ver más la luz.
Todo empezó el lunes en la noche, cuando la vi en las redes sociales con otro chico, se veía tan feliz, su rostro reflejaba la sonrisa que yo nunca había tenido, estaban en el cine, cuando vi esa foto mi mente comenzó a volar y a pensar, pensaba que se habían besado, que después de eso se habían ido a algún motel y habían tenido mucho sexo, ¡era de esperarse!
Exactamente sentía el dolor de aquella imagen en mi mente, sus fluidos vaginales derramándose en el pene de él, eso solo había ocurrido conmigo e imaginarme eso me hacía arrancarme los pelos de la cabeza de la ira y odio que sentía y más que todo de la envidia de aquel maldito afortunado, sentir como ella lo besaba y saber que solo a mí me había besado me hacía desearlos muertos. Yo había intentado contactar asesinos pero me resultaba muy difícil, por el dinero y por los rastros que ellos dejaban.
Mientras escribo estas líneas ella debe estar revolcándose con ese hombre haciendo de todo y yo aquí como un imbécil. ¡Los odio!
Ella y yo no podíamos vivir en el mismo mundo, alguno debía marcharse y el turno me tocó a mí, en este maldito mundo de mierda yo no podía estar, mientras ella existiese alguien tenía que borrarse y volver a su estado de inexistencia y decidí que yo sería.
Les escribo estas líneas para que me recuerden mientras doy vueltas en la sala de mi habitación sudoroso y con frío en los piés ya casi llega mi hora de muerte, suspiro y la veo venir lenta tan lenta que me hace sufrir de desesperación.
Me tengo que ir gracias a todos...
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