Me senté al lado de la ventana y tomé mi celular para escuchar música. Sin querer, sonó nuestra canción.
No me atreví a quitarla y deje que corriera. La cabeza comenzó a llenárseme de recuerdos, los más bonitos. Me di cuenta de algo: que aun te amo.
Y sí, soy una estúpida. Yo no tengo porque penar en eso, pues yo di fin a nuestra relación. No sé qué tenía en la cabeza cuando lo hice, me dejé llevar por un pensamiento estúpido, por algo sin sentido. Ahora entiendo lo que tanto me dijiste: dame tiempo para demostrarte que te amo. No te pediré perdón por no haberte dado esa oportunidad, me pediré perdón a mí misma por no haber esperado, por querer que todo pasara rápido.
No imaginas cuanto te extraño. Extraño tus besos, tus brazos, tus palabras y sobretodo tu timidez de hombre. Extraño todo de ti, incluso las veces me que hacías enojar y luego corrías tras de mí para disculparte por algo de lo que no tenías la culpa.
Eché a la basura todo lo que fuimos y lo que no, no supe valorarte como merecías. A veces quisiera salir corriendo de mi casa y buscarte, decirte cuanto te amo y que vuelvas a mí…Pero es tarde. Después de la forma en la que te he tratado, no merezco ni que me dirijas la palabra.
Es tarde para decirte que me arrepiento, es tarde para decir lo que nunca me atreví a decir: “Te amo”.
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