Dudó si cruzaría la calle, había sido una mañana estresante y la ciudad no le ayudaría a olvidar aquel incidente. Siempre se decía a si misma que pronto dejaría a un lado aquella vida que arrastraba desde hacía mucho, hasta le había cambiado el carácter, pero casi nunca es suficiente. Una mañana a punto estuvo de salir del trabajo para no volver, cosa que pensó pero que no llevo a cabo por temor a no tener una segunda oportunidad, su existencia se veía ligada indiscutiblemente a un trabajo. Todas sus amigas en un momento u otro habían salido adelante, sin coraje no se llega a ninguna parte se repetía constantemente… pero su trayectoria no decía lo mismo, se ahogaba por momentos, y aun seguía esperando que la vida la sorprendiese. Desde que era una niña no había abandonado la idea de que era especial, existía un lugar dentro de ella donde todo cobra una presencia que transformaba el mundo que le rodeaba. Cada año morían sus ilusiones haciendo más difícil soñar con encontrar el paraíso imaginado, ya no se miraba el mundo con los mismos ojos. El silencio se había convertido en un lugar frecuentado, a veces no le quedaban fuerzas para soportar su voz en medio de esa locura, en el atropello donde se asfixian las verdades.
Como se derrite la nieve al contacto con los rayos del sol aquella mañana se vio desarmada ante el mundo que la esperaba allí fuera……
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