Denunciar relato
En el libro de su vida ayer, José, escribía su última página.
El reloj de su historia, por la enfermedad, marcaba con cansancio las horas y ayer con el dolor de los suyos, se terminó de parar.
Hoy, la resignación cuesta y las lágrimas no alcanzan para llenar su vacío.
Siempre serán, difíciles, las despedidas.
Más todo, en esta tierra, se termina.
Pero, el corazón, no olvida. Y en el archivo de la memoria, se quedan para el consuelo, los recuerdos.
Sé de sangrados del alma y también que cuando cicatriza la herida, en el titilar de una estrella, podemos ver, del que se fue, su sonrisa.
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