-¡Pasa que eres una histérica inmadura!-me gritó.
-Pasa que ya no me amas-le respondí.
Me fui a la habitación, angustiada, con los ojos inundados en lágrimas bajé una maleta y comencé a colocar mi ropa.
Sentí sus brazos rodeándome, me abrazaba firmemente inmovilizando mis brazos impidiéndome continuar, se acercó a mi oído y me dijo: si te amo, no te vallas mi reina. Mis lágrimas aún corrían sobre mis mejillas pero él las calmaba con besos, me dio vuelta, y mientras me besaba nos íbamos hacia la cama.
Acostados los dos con besos y caricias cada vez más intensas, sus labios recorrieron mi cuello dirigiéndose a mis pechos presionándolos aún sobre mi remera, acariciaba mis muslos mientras me quitaba el pantalón, subió a mi boca, nuestras lenguas se entrecruzaban con esos apasionantes besos, se acercó a mi oído y me susurró un te amo que estremeció mi cuerpo.
Quitó mi remera y yo la suya bajó con besos nuevamente a mis pechos quitándome el sostén, los masajeaba y chupaba, se sentía tan bien y más cuando su lengua recorría en círculos mi pezón, siguió hasta ponerlos duros y erguidos, ya estaba bastante excitada, sentía como su bulto crecía encima mío, bajó por mi abdomen con suaves besos llegando a mi vagina quitó mi tanga ya mojada en un segundo, su lengua pasaba por los labios vaginales, succionaba mientras su lengua entraba y salía, luego la pasó en círculos sobre mi clítoris a la vez que me metía un dedo y luego dos, no tardé en tener un orgasmo abrasador doblando el cuerpo de la total excitación, subió a mi boca haciéndome probar mis propios jugos derramados.
Ahora me coloqué yo encima de él, era mi turno, bajé quitándole el pantalón que aún no había sacado, su boxer ya explotaba por lo que también se lo quité. Recorrí con suaves besos su pene, sus testículos, puse su pene en mi boca mientras acariciaba los huevos con una mano y con la otra presionaba la parte de abajo de su pene moviendo la mano, logré ponerlo todo en mi boca, lo sacaba y metía sucesivamente, sentía su respiración fuerte y sus gemidos que también había largado yo en su momento. Seguía metiendo y sacándolo de mi boca más rápido y con más presión, mi lengua jugaba con la punta probando su semen...me encantaba, ya estaba bien dura y parada a mas no poder, subí a sus labios y en menos de un segundo ya estaba él encima mío, sentí su pene como rozaba mis labios penetrándome mientras me besaba los pechos, me penetraba rápido y duro, solté gemidos cada vez más fuertes que no hizo callar con besos, le gustaba escucharme. Llegué al orgasmo aún más intenso que el anterior a la misma vez que él, sentí como terminó dentro mío dejando toda esa leche caliente en mi vagina.
Ya sin poder más, se tumbó en la cama, me acercó a él y al rato me quedé dormida sobre su pecho.
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