Denunciar relato
En el calor inclemente de un verano insensato,
en la oscuridad que dejan los ojos cuando no alcanza la vista
donde el pensamiento se muerde a sí mismo y la imaginación divaga
En el redoblar de los objetos ausentes, desposeídos,
cubiertos por el denso polvo de los pragmatismos, dormidos a solas
en sus corazones huecos excavados por un dios inhumado
El frío de la belleza sublime corre como un invierno desbordado por mis venas de sangre amoratada y el alma se duerme en un plácido sueño de muerte inmortal.
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