A ver, estoy seguro de que lo dejé aquí, si, tiene que estar en este cajón, pero no, ahí no está, aunque debería, porque yo estoy seguro de que lo dejé aquí, o tal vez… si, lo mismo lo dejé en la mesa, junto a las llaves, pero tampoco ¿Puede que la mesilla de noche junto a la cama? Que va, es imposible, pero ya miré en cada bolsillo de cada uno de mis abrigos y pantalones y no lo encontré, le pregunté a cada uno de mis amigos y familiares y nada, pregunté por los bares que frecuento, di un repaso a mis pasos por la calle y la casa, nada, sencillamente no aparecía, volveré a mirar en ese cajón de antes ¿Qué tontería no? Si antes no estaba, difícilmente estará ahora, el cajón es demasiado pequeño como para no haberlo visto si estaba ahí, y nada, entonces me acordé, yo nunca lo tuve, pero hace tiempo lo quería tanto y por tanto tiempo olvidé que me encantaba que al recordarlo pensé que siempre lo había tenido.
¿No hay una sección de paranoias para este relato? Lo dejo aquí entonces.
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