Habíamos salido esa noche a cenar. Las copas de vino habían hecho su efecto ya y no nos podíamos quitar las manos de encima. Salimos del restaurante y nos dirigimos a su apartamento, tonteando todo el camino y dándonos uno que otro beso a la luz de la luna.
Subir en el elevador fue una verdadera tortura. Quería besarle y abrazarlo pero había una pareja de ancianos que nos acompañaría hasta el piso 20. Cuando por fin entramos no me dio tregua y empezó a besarme con muchísimas ganas. Después de un momento se separó de repente y se quedó observándome detenidamente.
Con los ojos encendidos por una emoción repentina acariciándome el rostro me dijo:
-Te quiero..
Le sonreí con los ojos encendidos de emoción y empecé a besarle despacio, mordiendo sus labios, lo abrazaba por el cuello y podía sentir su pulso acelerado, me tenía agarrada fuertemente por el trasero y me pegaba más a él haciendo que sintiera su erección contra mi vientre. Intensificó el beso y me acorraló contra la pared, éramos una mezcla de suspiros, respiración acelerada y gemidos. Me separé un poco y lo observé, tenía los ojos brillantes y me miraba sonriente y desconcertado a la vez. Hice un amago de volver a besarlo y me zafé de su abrazo.
-Bueno... Ya es hora de que me valla- le dije tratando de mantener el gesto más serio que pude.
-Que?
-Sii.. Se está haciendo tarde y... - no pude terminar la frase sin que una sonrisa burlona se dibujara en mi rostro al ver su gesto sorprendido.
Mi cara estaba encendida, Estaba muy excitada.
Hice el amago de seguir caminando y el me tomó por la muñeca atrayéndome hacia él.
-No, de aquí no te vas- me dijo aprisionándome de nuevo contra la pared y besándome con pasión hasta el punto de hacerme un poco de daño, pero me gustaba, ese dolor me hace saber como se ponía por mí.
Empezó a bajar el cierre de mi vestido con tanta prisa que creo que se dañó un poco y empezó a besar desesperadamente mis senos, mordía mis pezones y sentía una mezcla entre dolor y placer que me volvía loca.
Bajó mi tanga de un solo tirón, y se desnudó en dos segundos. Me tomo en brazos y me llevo hasta la mesa donde hizo que me sentara en el borde y agarrandome fuertemente el trasero me atrajo hacia él y me penetró de un solo empujón. Un gemido profundo salió de mi garganta y me abracé a el para sentir el roce contra su cuerpo lo mas posible. Me mordió el cuello y luego me empezó a besar como loco mientras me embestía sin parar.
Se Subió a la mesa y aprisionándome bajo él me penetró de nuevo mientras tomaba mis piernas para que las subiera a su espalda, lo hacía tan bien... Sentirlo dentro de mí era una de las sensaciones mas deliciosas que había sentido. poco después estallé en un orgasmo demoledor que me hizo perder la consciencia por algunos segundos. Cuando volví en mi, sentí como aceleraba el ritmo y con un par de embestidas mas terminaba dentro de mi gritando mi nombre. Nuestros cuerpos sudados descansaban sobre la mesa mientras acompasábamos nuestra respiración. Levantó su cara y me miró con gesto pícaro diciendo
-Te dije que no te podías ir...
Le sonreí y le di un pequeño beso.
-Quédate esta noche- me dijo con mirada suplicante
Le sonreí y asentí.
Se rió de nuevo con esa sonrisa picara se levanto y me jaló con él diciéndome:
- Vamos al cuarto...
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