De un golpe de aire, se levantan las hojas secas del suelo,
se elevan sobre los techos de las casas,
pudiendo ver desde esa latitud un paisaje diferente
al que habían visto hasta entonces.
No pueden acabar de convencerse de lo que pueden divisar desde esa altura,
no pueden creerlo.
Desde esa altura pueden observar los movimientos de las personas,
las diferentes situaciones que se viven a diario
y que pasan totalmente desapercibidas,
ya que desde el suelo, mientras andamos..
no nos fijamos en quienes caminan a nuestro lado, o,
quienes pasan delante nuestro mientras fijan sus ojos en el suelo,
limitándose a ver de esta manera, el movimiento de sus pies,
al poner uno despues del otro, evitando así levantar la mirada y ver que nos envuelve,
evitando ver una sonrisa de una persona extraña, o para dejar de escuchar un "buenos días",
poniendo así un muro entre la comunicación y el aislamiento.
Poco a poco las hojas van descendiendo hacia el suelo,
el aire pierde su fuerza, y así van balanceándose poco a poco,
para aposentarse de nuevo en el suelo, mientras tanto pueden otear
a un hombre y a una mujer sentados en un banco de un parque,
sin mirarse, ni tan solo un instante,
sus ojos están ciegos de ilusiones, faltos de vida;
sin hablarse,haciéndose amigos de un silencio impuesto por la falta de ganas de decirse cosas,
de compartir su dia a dia;
están en ese banco, sin tocarse siquiera sus manos,
están desnudas de emociones, desesperadas por querer que alguien las reanime,
por soñar que las recorra, las acaricie, las sueñe.
Ya, por fin, llegan las hojas secas al suelo,
el aire ha parado, se quedan quietas en el punto de partida en el que todo se inició,
solo que ahora tienen otra visión y percepción de todo lo que las rodea,
y quieren creer que es cuestión de tiempo,
que las personas nos demos cuenta de las horas que perdemos
poniendo barreras a todo lo que sea novedoso por miedo a que nos pueda llegar a gustar, a emocionar,
a sonreir a los demás, aunque sean extraños, solo por el que dirán o pensarán de mí,
a compartir nuestras pequeñas cosas con quienes comparten nuestra rutina,
prohibiendo así cualquier indicio de cariño y .. quien sabe si amor,
al tener encarcelado al corazón y esposadas las manos
por si al corazón se le disparan las pulsaciones al emocionarse
y a las manos se les ocurre acariciar otra piel.
Esperan que todo cambie, poco a poco, que mejore,
esperan solo eso ........ que sea cuestión de tiempo.
Comentarios
COMENTAR
¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales