El deseo de la mañana

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Eres el deseo de la mañana,

la vida alocada, la prisa,

la quietud, la voluntad,

la inteligencia, 

eres el puro amor, el más puro.

 

Eres el motivo por el que vine hasta aquí,

sin saberlo incluso:

Ahora sí te percibo

en tu realidad más hermosa.

 

Eres lo que pienso,

cuanto imagino,

la presencia, la creencia,

la vuelta y media, el ciclo entero,

lo que significa y lo que no,

lo que entiendo y lo que me perturba.

 

Nada era, nada existía, hasta que llegaste.

Lo material invadía todo.

La fama en calidad y cantidad

confundía y devoraba los días.

 

Con tu tabla salvadora apareciste

una milagrosa jornada

que me propuso ser feliz.

Acepté el reto,

y ahora me sé ganador.

 

Los anhelos, querida mía, 

se han convertido en raíces,

y los sueños se confunden

con la verdad, ya para siempre.

 

Por millones de razones

estoy deseando que llegue la mañana,

y así verte.

Eres mi deseo, lo que pienso,

lo que soy, cuanto imagino.

 

Si hubiera que definirte en tu pureza

no sabría cómo hacerlo.

En un intento de aproximarme a ti

cantaría de nuevo esta canción.

 

Sí, mi deseo, lo que pienso,

lo que soy, cuanto imagino.

 

Juan T.


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