Escape Imposible

Ernesto tenia todo planeado, veia como su futura victima paseaba arriba de una moto roja de altas cilindradas. El conductor y dueño del vehiculo, pasaba todas las tardes en esa aislada cuadra en donde en una de las esquina se encontraba un semaforo con la luz verde quemada.
Ernesto tomaba el tiempo que tardaba el semaforo para cambiar de color para aprovechar en ese interin robar la moto ejecutando al dueño con un disparo en la cabeza y despues subirse y escapar a alta velocidad entre las cuadras grises del centro.
El dueño de la moto era obeso, de metro sesenta de alto. Pero lo que no sabia Ernesto que anteriormente era policia. Solia salir con las esposas que habia llevado de recuerdo en su retiro anticipado y su celular a mano programado con el 911 en todos sus marcados rapidos. Sin embargo, no solia salir con esos elementos todos los dias, solo cuando su percepcion lo
llamara.
Ernesto planificó todo para el martes, a esa hora de la tarde, en ese lugar, el tendria su nueva moto usada. Con la percepcion a flor de piel en esa mañana de martes, el ex policia y dueño de la moto, sale con las esposas y el celular programado para visitar a un amigo un par de horas mas tarde.
Llega el momento clave, Ernesto parado hace media hora, no para de ver el viejo reloj digital que se encontraba en una vidriera de un local para orientarse en tiempo exacto en donde su futura moto pasaria.
De pronto se escucha el ruido del motor de cuatro tiempos que Ernesto conocia bien. Arrimado a la una entrada de un edificio ve que su futura moto llega a la esquina deteniendose por el semaforo de la luz verde quemada. El dueño se saca el casco para tomar un poco de aires veraniego.
Ernesto sale de su escondite atravesando la calle a las corridas. Saca su arma veintidos bersa apuntando al dueño de la moto con gritos ordenando: "Bajate o te vuelo la cabeza!"
El dueño de la moto ve su final anticipado, apreta el marcado rapido al 911. En su muñeca izquierda tenia una de las esposas puestas y en el otro extremo la esposa abierta. Era su costumbre para no perder tiempo en arrestos dificiles. El mantenia su teoria de no perder el tiempo y actuar prevenido.
Mientras Ernesto se acerca apuntado con la mano casi temblorosa, ve que el dueño de la moto no tiene intenciones de
bajarse y abandonar el vehiculo.
-"Bajate te digo!" - proclama por segunda vez que se acatara su orden- "La proxima disparo!"
El dueño de la moto empieza a vociferar a los vientos: "Uriarte y Nicaragua!, Uriarte y Nicaragua!". Al ver que Ernesto se posiciona a su lado izquierdo, el dueño de la moto hace un movimiento rapido y sagaz para que la esposa abierta se cierre en
la muñeca izquierda de Ernesto.
Apenas siente este movimiento, Ernesto dispara en la cien del dueño de la moto como impulso la unica bala de su arma. El dueño de la moto cae desplomado al suelo llevandose a Ernesto al piso, la moto cae entre medio de ellos en la desolada calle.
Ernesto se encuentra encadenado de un brazo junto a un cadaver con un disparo en la cien con la bala del arma que tenia en su mano derecha, su futura moto se encontraba debajo de ambos casi quemandose con el caño de escape.
Del telefono se escucha: "Un movil se acerca a su posicion, oficial Prieto!". Desesperado empieza a halar mas fuerte para que la esposa cediera en algun momento para escapar con o sin la moto tirada.
La sirena empezaba a acercarse a cada cuadra del centro, Ernesto sigue halando inutilmente, solo dejaba mas marcada su muñeca con raspones con sangre el los intentos de escapar. El patrullero seguia aproximandose, los curiosos vecinos se asomaban a sus ventanas para espiar lo sucedido. Arrodillado, Ernesto pierde todas las esperanzas en su ultimo intento.
Suspiraba, solo restaba esperar que sus antiguos compañeros de trabajo lo llevaran detenido por homicidio.