Cosa de una noche
Por Lady Chatterley
Enviado el 26/10/2015, clasificado en Adultos / eróticos
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No aguantaba más, tenía que salir a bailar, ya hacía bastante tiempo que no iba, así que me pareció una buena idea salir con mis amigas. Como todas estaban ocupadas terminamos llendo Mia y yo. El día pronosticaba lluvia, pero a mi no me importaba si nevaba, llovía o hubiera un huracán.
Me compré un body bordo, escote corazón, que marcaba toda mi figura con unas calzas negras engomadas y mis hermosos tacos de plataforma color crudo, junto con un collar que unia todo mi vestuario. Como el día estaba feo decidi dejarme mis rulos castaños bien formados, en vez de plancharlos.
Mia y yo siempre nos vestíamos divinas, ella había usado unas calzas negras con una musculosa en tonos azules, era alta de pelo lacio y largo con unos labios rojos envidiables.
Cuando al fin entramos, nos pedimos unos tragos pero como no solíamos tomar, la bebida azul nos hundió en su efecto potente. Fuimos al vip para sentarnos y como todos los sillones estaban ocupados nos sentamos en uno donde habían dos chicos. Ellos se nos acercaron, eran amigos, simpáticos y graciosos se llamaban Matías y Jerónimo.
Todo era divertido, la noche, las bebidas y la situación se volvía mas candente. La temperatura subía y sentía como la mirada de Matías me desnudaba por completo, me comía con sus ojos y yo me entragaba a él. El roce de sus labios con los mios despertó mi lado salvaje, mi pasión y líbido estaba en llamas. Éramos sólo lenguas y besos entrelazados, nuestros cuerpos gemían de goce y sus manos exploraban mi cuerpo. Entre la oscuridad y las luces no se veía mucho, me besaba fuertemente, me dominaba. Me hacía lamer su lengua rica y deliciosa, me giraba y movía como si fuera un papel en distintas posiciones, parecía que hacíamos el amor a través de un beso. Sus manos de mi cintura bajaban hacia mis glúteos frotándolos sin cansancio una y otra vez, y no me podía resistir, lo queria a él y más. Me besaba el cuello y yo a él, lo abrazaba y éramos uno. Sus manos seguian bajando queriendo llegar a mi sexo y lo hicieron, ingresaron en la calza y arriconada contra la pared, comenzó a jugar con mi tanga de encaje y mi clítoris. Estallaba de placer y lujuria.
-ahhh, mmm dame más . Le susurraba a su oído, era lo único que me salía decir entre los gemidos y bocanadas de aire que absorbía.
Mientras él se dedicaba a su trabajo, comenzó a colorme un dedo y después otro hasta que me bajó la calza hasta la mitad y me metió los 5 dedos, ya no resistía, mis pechos hinchados querían explotar pero su otra mano los aliviaba con sus apretones y caricias. Estaba mojada y muy exitada. Estaba teniendo orgasmo en un lugar poco sugerente con un completo extraño. Siempre me miraba, y su boca estiró mi escote para ver mejor mis pechos, los lamía y mordía, mientras yo contenía mis ganas de gritar. Su lengua traviesa recorria la forma de mis pechos hasta que se fue a mi sexo para hacerme estallar. Sus lamidas electrizaban mi vagina ya mojadita, que rico se sentía. Fue excelente. Cuando terminó, era mi turno, me coloque encima de él como una tigresa y esta vez el mando lo tenía yo. Lo besé, abrí su camisa pero mis manos fueron directo a su enorme bulto, lo acaricié y apenas lo vi lo devoré. Era grande, largo y ancho, la cosa más linda del mundo. Le besé su punta y lamí su glande, mientras mis uñas lo acariciaban, finalmente me lo comí. Chupaba, besaba y lamía aunque me atragantara, su leche sería mía y así fue cuando termino eyaculando en mi boca.
Mientras sucedía todo mi acto con Matías, Mia con Jerónimo se encontraban en el mismo camino. Jerónimo alzaba a Mia por entre sus piernas, tocándole todo su culito y besándola ferozmente. Se frotaban sus sexos teniendo ropa mientras el chupaba sus tetas y dejaba caer en ellas un cubito de hielo ...
Continuará...
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