Aniversario de graduación 05
Por Arsenio
Enviado el 30/07/2015, clasificado en Adultos / eróticos
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Viene de "Aniversario de graduación 04"
Jorge se retiró lentamente y dio paso a Javier. Yo continuaba acostada boca arriba en la cama, casi desfallecida.
Sin prisa alguna, Javier se aproximó. Besó con delicadeza mis pies, recorrió con besos mis pantorrillas. Separó mis piernas y sentí como escurrió, desde mi vagina, un hilo de líquido del semen de Jorge. Javier, me tomo las piernas y las puso sobre cada uno de sus hombros, tomo con sus dedos el semen que me escurría y me lo embarró en el ano para lubricarlo. Tomó su verga y empezó a joderme el culo. ¡Había lubricado mi ano con el semen de otro, para que su verga se resbalara exquisitamente! Me la empujó suavemente al inicio y luego me dio una estocada hasta el fondo. Todo mi cuerpo se estremeció y empezó a bombearme por el culo. Sentía como sus huevos chocaban contra mis nalgas. Con sus manos manoseaba mis senos y a ratos metía sus dedos en mi vagina. Yo estaba rendida a sus placeres, gocé cada empujón, cada manoseo. ¡Me estaba culeando! La fricción de su verga hizo que me ardiera el ano de placer, era delicioso. Su verga entraba y salía con facilidad de mi culo.
Te lo voy a llenar de leche – me dijo-. Y seguía metiendo y sacando su verga.
Sin sacar su verga de mi culo, acercó su rostro y nos besamos con exquisitez. Nuestros labios se tocaron suavemente, seguía bombeando mi culo plácidamente, sin prisa, tomándose su tiempo entre cada embestida. Justo en eso momento de calma sentí su descarga de leche. Nos miramos a los ojos, la tibieza de su leche recorría mis entrañas. Cerré mis ojos para disfrutar ese chorro de placer. Parecía me la iba a sacar… pero cuando casi estaba fuera la volvía a meter toda hasta al fondo. Los hizo varias veces y descargó un chorro más.
Creo que viene un último chorro. Me lo dijo como si no quisiera terminar. Déjame probarla… quiero saborearla – le respondí-.
Se retiró de mi culo y se recostó a mi lado. Seguidamente me incorporé, tomé su verga con la mano la acaricié un par de veces y empecé a mamar a Javier.
Ahhhh, ahhhh, aaaaaaaahhhhh, - gritaba Javier-. ¡Eres la mejor!
Javier jadeaba, y reía entrecortadamente. Su cuerpo se convulsionaba, todos sus músculos estaban en tensión. Yo seguía mamando su verga y al mismo tiempo cariñosamente sobaba sus huevos.
Ahhhh, Si, sí, si ahhhhh – Javier lanzó un grito de liberación y me aventó un chorro en la boca.
Su leche era tibia, un poco espesa. La retuve por un momento en mi boca. La saboreé y luego la tragué sin prisa. Succioné su verga buscando extraer más, Javier volvió a gritar de placer. Logré sacar un sorbo más…
Saqué su verga de mi boca y la lamí desde los huevos hasta la punta. Besé sus huevos. Chupe su tronco, jugué con mi lengua en su punta.
Me recosté a su lado y Jorge se acomodó al otro lado mío. Entre los dos me abrazaron y nos quedamos así unos minutos.
El timbre de mi celular me hizo reaccionar. Era el tono que tengo predeterminado para mi marido. Sin pensarlo, tomé la llamada.
Hola amor, ¿cómo vas? ¿Qué tal la estas pasando? – se oyó una voz en el otro lado de la línea-. Efectivamente era mi marido. Ehhh, todo bien. Ya terminamos. Si, ya terminamos. No te apures por regresar, llamé solo para ver como estabas. Sale, acá te espero.
Javier me llevó en su auto, la noche estaba fresca, el cielo estaba despejado y a las dos de la mañana de regreso a casa se podían ver claramente las estrellas.
Fin de relato
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