El novio de mi amiga

Tenía mucho tiempo sin verla, había vuelto a la ciudad y me invitó a su casa a cenar con ella y su novio, el amor de su vida, con el que esperaba casarse algún día. Me sentía un poco incómoda porque no lo conocía, pero había pasado tanto tiempo desde la ultima vez que nos habíamos visto, que simplemente no me pude negar.
Nos había invitado a mi y a otra amiga y acordamos llegar juntas. Hablamos, nos contamos historias para desatrasarnos sobre nuestras vidas... Él debía traer la comida así que se había demorado un poco, cosa que resultó de maravilla para nosotras que seguíamos hablando de cosas de mujeres. Cuando llegó y ella nos lo presentó, me pareció que era muy apuesto, nos saludó formalmente y se fue a la cocina a dejar las cosas. Nos sentamos a comer a la mesa y la conversación fluía sin dificultades, cada vez sentía que me caía mejor,era muy inteligente, era  como si me sintiera identificada con cada palabra que salía de su boca, como cuando conoces a alguien y sabes que esa persona está destinada a ser parte de tu vida.
Empecé a pensar que mi amiga en verdad era muy afortunada. Cada segundo me costaba mas mirarle a los ojos, me ponía nerviosa, empecé a pensar que estaba paranoica al darme cuenta que el también me dedicaba bastante parte de su atención, y sus ojos me sonreían de una manera que no imaginaba posible. Mi amiga continuaba hablando de todo un poco, mi otra amiga estaba en la cocina recogiendo todo, y el seguía mirándome con esos ojos como si me tratara de decir algo, estaba confundida, no sabia si eran ideas mías o de verdad estaba sucediendo. Me empecé a sentir culpable, el era el novio de mi amiga, estaba prohibido para mi. A medida que pasaba el tiempo me sentía cada vez mas confundida y un poco triste sabiendo que no podría volver a verlo. Nuestros ojos se cruzaban cada vez con más frecuencia y creo que empecé a sonrojarme, por lo que esquivé su mirada lo que mas pude el resto de la velada.
Se hizo bastante tarde así que mi amiga y yo dijimos era hora de marcharnos, podría jurar que vi como se entristeció al escuchar que nos marcharíamos. Las copas de vino me habían mareado un poco y me habían dado un poco de valentía así que aproveché para mirarle durante todo el rato que nos quedaba juntos. Luego, de manera inesperada mi amiga le sugirió que nos llevara a casa, que era muy tarde y era un poco inseguro que tomáramos un taxi a esa hora. El aceptó feliz. Yo me senté en el asiento del copiloto ya que era la Que vivía mas lejos de mi amiga. Cuando nos quedamos solos, hubo un silencio incomodísimo, trató de hacer la conversación y se destensionó un poco el ambiente, yo sólo podía pensar en que no podía verlo mas, y maldiciendo al destino por no haberlo conocido antes. Llegamos a mi casa y sentí que él quería decirme algo, pero sabia que estaba mal y me sentí tan culpable que le agradecí de prisa por haberme llevado a casa, y traté de bajarme lo más rápido posible del carro. Sentí que él me tomó del brazo suavemente antes de que saliera, haciendo que me volteara a mirarlo, no me dijo nada, solo me miró con esos ojos que lograban brillar incluso en la penumbra de la noche. Me sentí tan estúpida porque me entraron unas terribles ganas de llorar, el acarició mi mejilla y acomodó mi cabello detrás de mi oreja, yo cerré mis ojos disfrutando de su caricia y luego sentí sus labios sobre los míos dándome el beso mas dulce que me habían dado jamás, no supe más nada, no sabia si estaba respirando, todos mis sentidos se centraron en ese momento que quería recordar por el resto de mi vida. Se separó y apoyó su frente contra la mía, luego alcé la mirada y nuestros ojos se miraron por unos instantes, luego le sonreí y me bajé lentamente del carro. Desde esa noche no puedo dormir, la comida no me sabe igual, los pocos sueños que tengo son con él, y me paso el día preguntándome porque no lo conocí antes, por qué? Por qué con mi mejor amiga? Rezo para que el tiempo sea bueno conmigo y pase rápido, y me quite esta desazón horrible que me quita las ganas de pasar cada minuto si no esta él.