Vuelvo a respirar.
Por Valentina Bergiere
Enviado el 06/08/2015, clasificado en Adultos / eróticos
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Abro los ojos, los siento húmedos, no logro ver ni pensar con claridad, camino un poco mareada a la puerta mientras escucho su voz pidiendo que lo acompañe, creo que está desnudo, aún no lo puedo detallar, mi mente sólo quiere bailar la música que suena en la radio, odio la radio, odio la emisora local, odio esa música.
Tantas vueltas no me puedo controlar, caigo en la cama para seguir la danza hasta que sus caricias roban la atención, siento como roza mis labios con su lengua, sube y acaricia la dureza de mis pezones mientras lo tomo bruscamente del cabello sintiendo cada pelo entre mis dedos, para darle a entender que era mío en ese momento que quería que hiciera lo que dijese al mismo tiempo que le daba el dominio completo de mi. De un segundo a otro estoy arriba concentrada en el sabor de sus venas, desviando el sentido del gusto al sentido del tacto siento cada vello de sus muslos en la palma de mis manos, los empiezo a apretar al tiempo en el que él empujaba mi cabeza hacia abajo... Otra vez el juego de cambiar de lugar, él vuelve a estar arriba, conectando nuestras miradas un poco dilatadas, con sus ojos aún pequeños podía notar su malicia, sintiendo sus manos en mi cuello, algo como una estrangulación muy delicada y placentera, desvío la mirada a un espejo y veo como jala de una cola de mi cabello que él había enredado en su mano con una facilidad desde atrás, mientras con la otra mano me tomaba fuerte el culo.
Logro ver como de nuestro pecho salen los espíritus llenos de lujuria, creciendo hasta estallar... La forma en que me hacía gemir (gozaba mis viajes con él).
Muero y reavivó al sentir el tacto de su dedo índice en cada poro de una línea imaginaria en la desnudez de mi espalda.
Me daba gracia antes decir que no sentía nada por él, cuando en realidad me sentía y lo sentía.
Enciende otro, me pierdo.
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