Las torres, ese era el nombre del complejo en donde viviriamos a partir de esa tarde de septiembre. Al principio no queria saber mucho de este barrio porque pensaba que por algun motivo o por alguna mentira piadosa por parte de mis padres, no nos quedariamos por mucho tiempo. Antes de que me pusiera a pensar diversas teorias sobre ese pensamiento, frecuentaba mensualmente los barrios anteriormente vividos. Con el paso del tiempo, esas visitas se fueron esfumando dejando los recuerdos intactos. La mayoria de la gente que hoy frecuento ver, las conoci por intermedio de una pasion: el futbol. El complejo contaba con una cancha de futbol con arcos de madera que los propios vecinos construyeron. Los sabados era tradicion jugar a las tres o cuatro de la tarde hasta que las piernas dijeran basta. Terminé el secundario viajando en colectivo con la antiga linea 162 que recorria puente la noria hasta liniers. Conoci amigos, amores imposibles, al amor de mi vida y a mis hijas. Tambien conoci personas que no me llevaba bien, pero nunca me agarré a las piñas con nadie. Conseguí mi primer trabajo, fui testigo de los saqueos y los cacerolazos. De un grupo de 20 amigos, con los años se fueron reduciendo a 7, cuando cada uno formó su pareja, muy pocos nos reuniamos como antes. De las madrugadas pasando frio afuera escuchando radio L con mates lavados, pasaban musica lenta de los ochentas hasta vernos por pocos segundos contando un resumen cada uno de su vida y con suerte hablando mas de una hora.
Tuve la suerte de que escuchara historias increibles que por respeto no salieron ni saldran de mi boca. En una epoca aconsejaba a parejas amigas siendo soltero, sin tener suerte de conseguir pareja.
Aunque suene ridiculo, jugabamos a los juegos de infancia. Pero eso tiene una explicacion lógica, la mayoria no tenia amigos en sus barrios anteriores, por eso para compartir algo mas que el "fulbito" jugabamos a toda clase de juegos con las chicas tambien.
Hoy en dia, increiblemente, algunos vecinos recuerdan esos momentos marcando la "generacion sana" de chicos.
Desde el 96 hasta el 2001 fue un lustro inolvidable por todo lo vivido. Desde las risas y las lagrimas, la confianza y la traicion fueron participes del grupo de amigos.
Trasladamos la pasion de los sabados a competencia. Por dos años seguidos participamos de los torneos juveniles bonaerenses acariciando la clasificacion zonal. El primer torneo se perdió por penales y el segundo por goleada despues de un desgastante uno a cero agonico cerca del final.
Las historias sobraban como en todo lugar, fui un privilegiado que pude tener las llaves de las cinco entradas de los edificios, conoci todas las terrazas, escaleras, ascensores, etc.
La canchita de los vecinos se fue convirtiendo en una sede de Atlanta para que jugaran las inferiores del club. Empezaron a dividir con rejas de alambre hasta la medianera apropiandose sin permiso el unico lugar en donde nos reuniamos para jugar al futbol.
Tuve suerte de empezar un trabajo y a los pocos meses me desvincularon por falta de produccion en la fabrica de galletas, despues de unos meses volvi gracias a un compañero que pasó a ser un amigo. Gracias a esa segunda etapa pude mudarme con mi mujer.
A ella la conoci trabajando en un edificio, cuidando unos chicos de una pareja allegada a ella. Le pagaban una miseria, la despidieron sin decirselo en la cara ni siquiera dando un motivo. La dueña llamó a otra persona que ocupara su lugar. Cuando pasó eso, llevabamos unos largos meses de habernos conocido.
Junto a un amigo, ella llevaba una relacion clandestina haciendo infiel a su marido. Nosotros nunca revelamos tal secreto y aun asi, le dió un final de ciclo laboral cobarde. Hablé con mi vieja y la traje a vivir en el departamento. Despues de conflictos de convivencia, discuciones, maloentendidos, logramos mudarnos en junio de 2003 para empezar nuestra independencia y asi, dejar atras las torres por un tiempo...
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