DEFECTUOSA
Oscuridad. Gritos de dolor. Llantos. Disparos. Explosiones. ¿Qué está pasando? Intento abrir los ojos, incorporarme, pero apenas puedo ojear lo que está sucediendo. Dos niños huyen de algo, están aterrados. Uno de ellos tropieza, ¡no!, no ha tropezado, le han disparado. ¿Qué diablos ocurre? Veo tres personas al final de la calle, están armados y llevan puestos unos trajes que le cubren hasta el rostro, parecen trajes NBQ pero más modernos, ligeros y metalizados. El otro niño me ha visto, grita algo pero no logro entenderlo. Algo me está sacudiendo. El niño sigue corriendo pero uno de aquellos hombres le dispara. Cae al suelo de rodillas, y de su pecho sale sangre que parece... azul, ¿Qué demonios es? Noto que me golpean en la cabeza y quedo inconsciente.
.......
-Despierta.
Un cubo de agua muy fría hace que despierte.
-... ¿qué está pasando? ... ¿Dónde... Dónde estoy? – Desorientada, miro a mi alrededor. Estoy en un cuarto deteriorado, sin muebles. Las paredes son grises. Me encuentro acostado en una camilla militar.
-Vaya, otra que no recuerda nada. ¿Sabes cómo te llamas? - Es un hombre de piel morena, alto, musculoso y vestido de militar, o algo así.
-Yo... Me llamo... - Me doy cuenta de que no recuerdo mi nombre, de que no me acuerdo de nada - no lo sé.
-Hmmmm, soy Bryand Ures, me dedico a rescatar y entrenar a cosas como tú. Ahora mismo te encuentras en Óbulus, territorio neutral y de momento estás seguro. -Su voz suena muy seria, ruda y seca- Pero las cosas como tú no duran más de tres meses, por lo general. ¿Quieres preguntar algo?
-Eeeh, sí. ¿Por qué dices "cosas como tú"? ¿Acaso no soy humana? - Este tío me trata como un desecho, imbécil.
-Bueno, no estoy autorizado a decirte nada acerca de lo que eres, para eso está la Dra. Lois. ¿Alguna otra pregunta?
-Sí, ¿qué hago aquí y qué quieren de mí? Recuerdo que estaba tirada en el suelo y vi dos niños morir -Joder, mi corazón se acelera al recordar esas escenas- y alguien, supongo que tú, me golpeó y me trajo hasta aquí, ¿cierto?
-Pronto sabrás para qué estás aquí y qué es lo que queremos de ti. Respecto a lo otro, sí, yo fui uno de los que colaboró para traerte hasta aquí. Ahora, si no hay más preguntas, acompáñame.
-Sí, hay una más: ¿Por qué no recuerdo quién soy y lo que pasó antes de estar tirada en el suelo?
-Cállate, levanta tu jodido culo y ven conmigo.
.....
Avanzamos por fuera del edificio en el que estaba cuando me despertaron. Hay gente de todo tipo: uniformados, trajeados, con vestimentas extravagantes, vagabundos, militares, familias y pequeños grupos de gente armadas parecen mercenarios.
-No te separes de mí, aquí las cosas como tú producen mucha curiosidad.
¡Ags! Otra vez vuelve a llamarme cosa, que no recuerde cómo me llamo no significa que tenga que llamarme cosa, le daría un puñetazo con mucho gusto.
Llegamos a lo que parece un centro de investigación. En el letrero de la entrada pone: Centro de Investigación Óbulus (C.I.O.). Parece muy sofisticado, el edificio es de color blanco puro y destaca ante los demás edificios de alrededor, que son grisaseos. Debe ser de unas 30 plantas; de algunas de las ventanas cuelgan plantas y hay muchas personas asomadas mirando hacia abajo, mirándome a mí. ¿Por qué?
-¿Te vas a quedar ahí fuera mucho rato? Tengo prisa. Entra de una vez. – Bryand me mira amenazante y me apuro en entrar.
Personas en batas salen de todos lados, se dirigen hacia mí y comienzan a hacerme preguntas.
-“¿Sabes cómo te llamas?”, “¿Recuerdas algo antes de que te trajeran aquí?”, “¿Cómo te sientes?”
Bryand los aparta mientras me lleva a una sala con una camilla en el centro y multitud de maquinitas alrededor. Veo que una mujer pelirroja y delgada sale entre dos estanterías llenas de extraños botes y utensilios. Parece cansada. Como si su trabajo fuese monótono y aburrido. Tiene unas ojeras marcadas y parece que lleva varios días sin darse una ducha. Me pregunto si yo tendré un aspecto aún peor que el de ella.
-Hola, soy la Dra. Lois, encantada de conocerte. – Ahora se dirige a Bryand - ¿Sabe cómo se llama?
-No. Pero recuerda el momento antes de ser traída a Óbulus. No sabe quién es ni lo sucedido antes del incidente. – Hablan de mí como si no estuviese presente.
-Está bien. –Vuelve a dirigirse a mí- Túmbese en la camilla, por favor. – Me tumbo.
Algo me presiona en los brazos y en las piernas y en menos de un segundo estoy inmovilizado. Parecen unos brazaletes de metal clavados en la camilla.
-Bien, de aquí en adelante pasarás a llamarte D23. Te realizaré una serie de pruebas y te sustraeré sangre. Más tarde irás al centro de preparación D, en el que serás informada de tu situación y del por qué estás aquí. Ahora, relájate.
-¿Por qué me hacen todo esto? Dejadme ir, no quiero estar aquí.
-¿Y exactamente, adónde iría? No tiene lugar al que ir, no sabe ni quién es. Lo mejor para usted es quedarse aquí. – Es muy fría.
No sé qué decir. Supongo que tiene razón, no sé nada de mí ni dónde podría estar segura si me dejasen ir. Y lo más extraño de todo, es que no siento miedo, ni ansiedad ni tristeza. No siento ninguna emoción ahora mismo.
Comienza a examinarme las pupilas, la tensión, los reflejos, la boca, oídos, nariz y finalmente me extrae la sangre.
-Muy bien, levántese, Ures le llevará al centro de preparación D.
…
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