HOMBRES DIVORCIADOS
Por Jose Maria Ordoñez
Enviado el 10/08/2015, clasificado en Reflexiones
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Miraba la foto caída. El volcán piscis y en la cumbre miraba al sur. Pasaron 6 años pero parecía un siglo. Lo peor es que cualquiera que viera la foto, pensaba que era yo hacía muchisimos años. Los 60 los llevaba bien, solo sino me comparabas con los 52
No había forma de no darme cuenta. Esperaba que el eventual interlocutor dijera que no, que se me veía igual, pero todos guardaban silencio.
Que paso conmigo?
La lucha diaria y común de la vida se reflejaba inexorablemente. No había ocurrido nada especial. Solo la vida.
El teléfono solo sonaba para nuevos problemas. Los llamados para ver como estaba, se reservaban solo a un amigo que estaba mal. Realmente mal y siempre se preocupaba por mí, quizás sabiendo lo que significaría para el mi desaparición.
Había llegado a donde quería. Ocupaba la cima de lo que podía ser tomado como la aspiración de un clase media. No lo había pensado. Sabía que sucedería y así ocurrió.
Nada importante. Jamás lo tome como algo valioso
Necesitaba como todos, afecto
Siempre había sido el apoyo. Siempre el fuerte. Había logrado terminar de hacer el duelo de mi divorcio y entendía que mis hijos me vieran cuando necesitaban algo. Siempre duele, pero con el tiempo, logras superarlo
Guarde la foto. Me había levantado con ese dejo de tristeza que te trae el fin de semana y la foto era una buena excusa.
El almuerzo se suspendió, o hice todo lo posible para suspenderlo pero no soportaba la gente ni una hora más. Sabía que iba a estar peor si me quedaba solo y sin embargo no podía superarlo
Mire face por enésima vez y nada nuevo.
El teléfono marcaba algún mensaje donde me recordaban pagos a realizar.
Nada distinto al resto del tiempo
Pensé en ir al rio y salir en bote, pero me reía solo pensando en tirarme con el ancla atada.
Siempre pensaba asi, pero el límite, era encontrar una forma que permitiera que la aseguradora pagara.
Había roto mi relación furtiva de años, hacia unas semanas. No dolía. Sentía la ausencia. Fue desapareciendo de a poco. Cuando desapareció no hubo dolor. En ninguno de los dos.
La soledad así duele más, se siente más
Iba a pasar la tarde viendo películas y leyendo un libro. Ficción, lo más lejos de la realidad
Había intentado comunicarme con un amigo ayer, pero o era yo con mi predisposición o no sabía elegir con quien estaba, pero de nuevo un no como respuesta a mi pedido de auxilio. Era bastante explicito. Pero como siempre termino en no te hagas problemas, no seas huevon, todo bien
Había dicho varias veces no está bien, necesito un poco de cariño, no ser el fuerte, pero no paso de eso. Están acostumbrados a verme bien. A pedirme ayuda. La doy, siempre fui igual. No es un merito. Si puedo lo hago sin problemas. Bien así
Si ella ahora entrara a mi oficina y me sonriera, volvería a sentirme bien.
Espere.
Al final, me fui a casa. Me esperaba mi rutina.
Al llegar vi un auto. Me ilusiono pensar que no me habían dado corte y que estarían haciendo el asado habitual. Los de siempre.
Era alguien que preguntaba alguna tontera
Baje, salieron los perros a recibirme.
Entre en la casa. Nada distinto.
Las cosas no iban a cambiar si seguía sin tomar el toro por las astas.
El lunes seria otro día. Iba a tratar de lucharla
Era algo que me decía los sábados desde hacía algún tiempo, pero estaba solo sobreviviendo.
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