Denunciar relato
Habían pasado veinte años, pero su bronca, su odio, era tan fuerte y lo sentía tan reciente como si hubiera ocurrido ayer.
Le grito, le pego, y, finalmente, con un cuchillo le corto la garganta, lo apretó contra su cuerpo muy fuertemente, quería sentir lo más íntimamente posible como la sangre y la vida se escurrían de aquel cuerpo.
Y allí estaba, lo que alguna vez fue la razón de su miseria, ahora era un simple bulto inmóvil en el suelo.
Al final, descubrió que todo su odio y bronca todavía estaban allí con él, y siempre lo estarían.
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