Allí la conocí (parte final)

-¿Qué te ocurre?- preguntó Kevin con cierta timidez.

Ella no respondía, continuaba llorando, desconsolada; intentaba calmarse pero no conseguía mascullar ni una misera sílaba. Él, en un acto instintivo, rodeo con sus brazos a la chica e hizo que apoyase la cabeza en su hombro. Era extraño, pues eran dos desconocidos que ni siquiera habían intercambiado una sola frase, pero, sin embargo, ambos se sentían bien, estaban cómodos, parecía que se conociesen de toda la vida.

-Quería estar sola, pero reconozco que tu compañía es agradable.- consiguió finalmente decir la chica, todavía temblando por el nerviosismo acumulado. Su cara estaba empapada en lágrimas, así que Kevin, metió su mano en el bolsillo de la sudadera, sacó un pañuelo, y se lo pasó a la desconocida por las mejillas.

-Me gustaría saber que te pasa, quizás pueda ayudarte.

-No puedes, nadie puede. Hoy de camino a casa, al pasar por la calle que da a la gran plaza, vi a mi novio con una amiga. O eso pensaba yo. Estaban de espaldas a mi, por lo que no me vieron, cuando me acercaba a saludarles, vi como esa chica le metía morro a mi chico, y parece que a él no se disgustaba... ¿Tan mala novia he sido?¿es que no soy lo bastante guapa para él?

-No te conozco pero algo me dice que eres una buena persona, con muy buen corazón, y que eres guapa salta a la vista, no se como tu novio pudo hacerte eso;- Kevin suspiró de rabia y continuó – es un cobarde. Toda chica merece un príncipe, y él no lo es.

Desde un primer momento, la chica había notado una conexión especial con Kevin, y se paró a pensar, que sin tener porque, se había parado a consolarla, le dedicó bonitas palabras, e incluso le abrazó. Tan solo se conocían de hacia unos minutos, pero para ambos esos minutos significaban mucho. Entonces ella, se acercó a él lentamente y le besó. Fue el beso más sincero y con sentimiento que ella jamás había dado. Para él, fue su primer beso, sin duda el más especial, el que recordaría toda su vida.