Sensaciones por doquier, esa química que dice ella que las personas poseen.
Con abrazarla, con besarla sutilmente, pasa por mi mente ese sublime deseo por seducirle, por mostrarle parte de mi que se que a ella le encanta, dirigiendo su boca a mi pecho, su suspirar me deja claro que esta apunto de empezar lo que mas nos une al demostrarnos lo que sentimos.
Su mirada es inconfundible, se cuando quiere mas de mi, y en esos momentos dejo que me posea complemente accediendo a sus ambiciones lujuriosas.
Empezamos por despojarnos de la ropa, para luego yo buscar su cuello, buscar su piel, esa piel que hierve por donde la roce, su mirada es reflejo de lo que siente, puedo ver en ellos la euforia placentera que le provoco.
me sumerjo sobre ella, y ella con sus manos sujeta mi cintura, siento como su cuerpo se estremece y el mío a la vez con un vaivén, comienza a desesperarla.
Ella consigue hacerme sentir mujer, me hace sentir amada y deseada, cuando me acaricia, cuando le complace verme, cuando sollozo de placer en su oído.
Y cada momento al tenerla adherida a mi es algo único, una conexión de hervor sanguínea que nos conecta no solo físicamente sino en nuestras mentes al entendernos con solo mirarnos.
Su cabello liso y claro le conforman ese conjunto de maravillas que posee, esos labios que besan con desenfreno, esos ojos que amo, y sus manos, la trascendencia con la que recorre partes recónditas de mi ser, y que me hace estallar en éxtasis.
Su cuerpo se adecua a la perfección con el mío, su energía es venerable, y como no desearla, si es mi mujer y yo la suya.
Me ha dado mas de lo que nadie me ha dado, cada vez que tengo la gracia de estar con ella es una experiencia nueva, un complemento solido de sueños a futuro.
Como deseo tenerla aquí, para convencerme una y otra, y otra vez de que su alma es toda mía, como no desear esa calidez de su piel que nunca se apaga, como no querer estar en sus brazos cuando me contienen del sufrimiento, como no querer mirar sus labios cuando me habla desde su pecho donde me hayo refugiada.
Poder apreciar como ella me ama en cada momento en el que nos dejamos llevar, sin medir tiempo, ni lugar, solo estar ella y yo, ella, su mirar, su fuego, y ese don que tiene para saber como y de que forma tiene que tocarme para hacerme exasperar, como consigue adivinar lo que necesito en el instante correcto, como su perfume me vuelve loca, y todo eso mezclado con palabras, caricias, risas, deseo.
No se que pudo ver ella en mi, solo se que con el pasar del tiempo mi cuerpo se acostumbra mas a su calor, que las noches son eternas sin su ser en mi cama, esas conversaciones interminables, y su psicología que escarba tonalidades inocuas de mi, y luego, recordar que bese su espalda, que recorrí centímetro a centímetro su blanquísima escultura, bese sus piernas y mas, su cintura, estuve sujeta a ella.
Somos dos almas, dos personas que se aman, un conjunto de sueños adquiridos de la felicidad que nos provocamos.
(ya te extraño amor mío y solo han pasado horas, pero en mi mente están tan bellas imágenes de tu entidad amándome).
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