Enamorada del íntimo amigo de mi marido
Por libélula
Enviado el 29/08/2015, clasificado en Amor / Románticos
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Despierto de una noche de pesadillas y de insomnio. Siento la jaqueca y los retorcijones de tripa preludio de la mestruación. Mi cara es un poema, demacrada, ojerosa. Estoy horrible. Me come la depresión y la tristeza. Mi marido ya no tiene atenciones conmigo, está irascible, discutimos a todas horas, siento no me ama.
Necesito desahogarme con alguien. Pienso en alguna amiga, pero no, seguro sentirían pena y les podría la indiscreción. Pienso en Fernando, el amigo íntimo de mi marido, que nos frecuenta desde que enviudó hace dos años y comparte con nosotros algún viaje y vacaciones Siempre me trata con cariño y se que le gusto. Me maquillo para engañar mi aspecto y decido ir a verle.
Al abrir la puerta le abrazo. No puedo evitar sollozar desconsolada.
¿Qué te pasa, reina? No me asustes.
Me lleva hasta el sofá. Me sienta a su lado con su mano en mi hombro atrayéndome contra él. Me besa en la frente. Pregunta por el motivo de mi estado. Le cuento mi tristeza, mis temores, quiero morirme.
Recostada en su regazo me habla dándome ánimo. Su voz segura, varonil, dulce, llega a mi alma relajándome. Me acaricia con ternura y mi cabello lo desliza entre sus dedos sintiéndome amada. Mi cara, siente su miembro, solo lo separa la tela suave de su pantalón. Viene a mi mente su tamaño fantástico, recordando sus erecciones en la playa nudista, cuando nos visitó un fin de semana en el pueblito costero donde veraneamos. Desearía liberarlo para acariciarlo, besarlo, disfrutarlo, pero el respeto enorme que siento por él y mi marido me lo impide.
No puedo mas, me alzó para besarlo de improviso. Mi mano en su cuello y mi boca sedienta de amor le besa buscando un hálito de vida. Nuestras lenguas se buscan, se entrelazan mezclando nuestros liquidos ansiosos de deseo.
Te amo, te necesito, solo pienso en ti, le digo.
Lleva su dedo índice a mis labios. ¡Psiiiiis!, dice haciéndome callar.
Esto no ha ocurrido. Será mejor que te vayas.
Me acompaña a la puerta y antes de salir le abrazo y le beso. La pasión y el deseo nos invaden. Me abraza de nuevo fundiendo nuestros cuerpos.
No puedes evitar que te ame. Cuando estemos juntos, en compañía de mi marido, nadie impedirá que mis ojos te hablen, te cuenten lo que te amo, lo que te deseo.
Abre la puerta, me mira con amor mientras me alejo. Siento felicidad y a la vez dolor. Se que me ama y que mas pronto que tarde seré suya. Sé que mi felicidad será dolorosa.
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