El beso de Silvia

Ella me reconoció.  No habíamos vuelto a vernos desde que  cambió de Colegio a los 14 años.  La recordaba algo regordeta y ahora era alta, con poco pecho pero bien moldeados, largas piernas  y culo respingón.  Me recordó cuando en alguna ocasión nos encerramos en los lavabos del Colegio  para  enseñarnos las tetitas  que empezaban a  surgir y nos tocábamos.  No recordaba aquella experiencia  ni  me apetecía  hablar de ello.  Fui cortante para cambiar de tema. De improviso  me besa en los labios sin que sepa reaccionar, me quedo sin palabras.  Ante mi perplejidad me  besa de nuevo, esta vez con pasión,  introduciendo su lengua,  juega con la mía, le correspondo,  mezclamos salivas, no se que hago, la sensación es placentera.  Me pide el móvil que le doy como una autómata.  Te llamaré  cielo.  Se aleja, me quedo mirando sus piernas, las tiene bonitas. Me fijo en  el contoneo de su culo. Me perturba la sensación de deseo que me ha provocado.