Soy un ama de casa común y corriente, con un matrimonio normal, con una vida sexual .... diríase normal, una vez a la semana, clásico y rápido, que hasta hace unos meses, consideraba normal.
El llegaba muy tarde, mi marido claro, me tomaba y se dormía, al día siguiente, salía al amanecer, todos los días, todos los meses, todos los años, así era mi vida, hasta que mi marido tuvo a bien regalarme una laptop, para que no me aburra claro. (Y lo logró, debo confesarlo).
Como no sabía ni como encenderla, también consiguió a alguien quien me enseñe, Rita, en cuestión, es una nena que sabe mucho y me dio dos clases, si dos... yo no entendía bien.... Y gracias a eso conocí a David su hermano, el tiene paciencia me dijo (y la tenía toda.... y que toda!!!!).
Al entrar a mi casa, David.... mi vida se iluminó.
David, no tan alto, contextura normal, cabello corto (es militar), blanco.... con una sonrisa de comercial, su voz que acaricio mi cuerpo dormido hasta entonces, clases van y clases vienen
Esa maravillosa tarde, estábamos tan cerca, el calor de su cuerpo abrigaba al mio, estás roja, me dijo, conteste muy bajito, estoy tensa solamente.... El me miró con esa sonrisa suya de lado, y sus ojos brillaron.... si gustas te puedo dar un masaje en la espalda, si quieres. Miré sus ojos, si le dije, asentando vale.
Inmediatamente se paró tras mío, sus cálidas manos posaronse en la base de mi cuello... delicioso...
A medida que pasaron los minutos y el sentir su paquete, grande, duro, caliente palpitar en mi espalda, mi temperatura corporal se elevaba. El inmutable, pidió permiso el poder sacar mi blusa para poder masajearme sin obstáculos, que me sentiría mejor. Yo en modo automático, alce los brazos. Sentí tan diferente el deslizar de mi blusa por mi piel, como una sensación... tan erótica.
Sus manos de mis hombros hacia mi cintura, como dos hogueras quemando mi piel, nuevamente a mis hombros y luego a mis pechos, a estas altura mi sujetador no estaba y sus índices y pulgares jugaban con mis pezones. Yo ya no pensaba, solo jadeaba. Estaba totalmente fuera de mí, hipnotizada sólo hacia lo que me indicaba con su mirada. De pie me puso, mirando mis ojos, se apodero de mis labios como nunca nadie lo había hecho, esperando su turno mis pechos inflamados no los hizo esperar, mi entrepierna palpitante, mojada clamaba lo suyo.... unos labios habidos hicieron lo que nunca en 10 años de matrimonio sucedió, tuvo su primer orgasmo, brutalmente delicioso.
Esa tarde aprendí mucho, aprendí a que era multiorgásmica, a que me recorran de los pies a la cabeza, a gozar intensamente y algo más.....
Aprendí a saborear la gloria.... ese pedazo de carne que me dio tanto placer fue retribuido como se debe, y lo hice de manera tan natural y con gran destreza que merece un capítulo aparte. Fue tan agradecido que otorgó su néctar sobre mi.
Luego de despedirnos, espere a mi esposo para una noche "como siempre", aunque esta vez una sonrisa velada se asomaba en mi rostro.
Ah!!! Soy muy tonta creo, que sigo tomando clases particulares....
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