Durante años, me he levantado de la cama con una sonrisa en los labios sabiendo que existía un mundo por descubrir ahí afuera, aunque con el paso del tiempo me he dado de bruces con la realidad una, y otra, y otra vez.
Absorvido por una espiral de desolación me he desviado totalmente del camino y en una habitación me encuentro, sólo y aburrido que algunas personas conocen como DEPRESION.
En este cuarto te encuentras sólo con tus pensamientos, Existe una minúscula ventana a través de la cual se oyen murmullos muy lejanos de aquellas personas que te quieren, intentando aportarte ánimos para poder salir.. pero el sonido es demasiado difuso para oírlos. También hay una puerta cerrada a cal y canto, y la única llave que la abre se encuentra en una mesita junto a tu cama. ¿Parece sencillo verdad?
Pero antes debes acallar un altavoz que se encuentra funcionando las veinticuatro horas del día rememorando aquello que más nos duele además de darte motivos por los que debes seguir en dicha habitación.
No existe interruptor alguno, la única salida consiste en dejar de oír ese maldito altavoz de fondo, sentarte a escucharlo, esperar pacientemente a aceptar y reconocer tus errores. Por último, lo único que nos queda es hacer acopio de todas nuestras fuerzas y usar esa llave para poder abrazar a quienes ansían tu regreso.
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