Crónicas de una aventurera en apuros

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Os habéis planteado alguna vez que hubiera pasado si en vez del camino que escogisteis hubieseis preferido el alternativo.

Eso me pasó a mí y el día mismo de la boda. ¡No! no me dejaron plantada, al contrario fui yo la que por causas ajenas a mi voluntad, ¡Bueno! No tan ajenas decidí no presentarme a mi propia boda.

Y aquí estoy con algo más de treinta años y soltera.

Mi madre me lo recuerda todos y cada uno de mis agobiantes días, una y otra vez. ¡Es que se cree que ser mujer es fácil! y que no tenemos nada mejor que hacer que casarnos. Pues no, yo no me casó y por si fuera poco y para mayor depresión familiar, he decidido que esta ciudad es muy pequeña para mí y mis agobiantes convecinos.

Me voy a dar la vuelta al mundo

 

Sí,  ¿De que os extrañáis?

Acaso … ¿Es imposible?

Eso mismo le conteste a mi madre mientras hacía las maletas, ¡Ella gritaba histérica!

- ¡Estás loca!

Primero te quedas solterona y ahora pretendes abandonarlo todo para ir detrás de un sueño de locos.

Sí, mamá será un sueño de locos pero es mi sueño, es mi vida y si soy solterona y a mucha honra ¿Qué pasa?

Bueno lo que vino detrás fue sermones y más sermones que prefiero olvidar y no comentar. Lo importante es que estoy aquí sentada en el avión rumbo a la aventura.

 

-         Señores pasajeros, abróchense los cinturones, despegamos …

 

¡Vaya! Que miedo dan esas palabras

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Vale ! Lo reconozco no estoy tan loca como para irme sin más a dar la vuelta al mundo. Esta historia es tan solo una pequeña tapadera para no dar a conocer mi verdadera profesión, soy cazadora, pero no vayan a pensar que voy por los bosques y campos matando a pequeñas criaturitas inofensivas. ¡ No! Yo soy cazadora, pero de acontecimientos paranormales o mejor dicho casos fuera de lo común.

Mi nombre es Karine Robers y esta es mi historia.

Me encuentro en medio de una investigación, hace algunas semanas me enviaron un e-mail a mi web personal, solicitando mi ayuda. Según su mensaje llevaban varios meses experimentando fenómenos extraños en su casa. Movimientos de objetos, ruidos sin explicación en mitad de la noche y sobre todo frío, quizás si fuera invierno resultaría algo normal, pero en pleno agosto creo que no.

Bueno dejando atrás los detalles, he llegado a la casa, la verdad es que suelo viajar bastante deprisa, pero ese detalle lo contaré otro día

La dueña de la casa me recibe bastante contenta, ¡Bueno! si yo estuviera en su lugar también me recibiría a mi misma jubilosamente. En primer momento todo parece tranquilo, lo único que me preocupa es ese pequeño juguete de plástico que nos ha perseguido por todo el camino. Justo cuando llegamos a la famosa habitación del fondo, ¡Sí! no se han dado cuenta que en cualquier película de terror toda la acción se desarrolla ahí, pues aquí no vamos a ser menos.

Al abrir la famosa puerta no veo nada fuera de lo normal, todos los muebles de la habitación están levitando y dando vueltas sin parar, y de mi boca sale un extraño y petrificado aliento. Quizás para gente poco acostumbrada a estas cosas esto sería un ¡Socorro! pero para alguien tan experimentada como yo es un ¡Pero donde demonios me he metido! Dejemos esta pequeña frase fuera de la historia o sería mi fin.

Intento que la señora entre conmigo, pero es inútil ya que ha salido corriendo escaleras abajo. Entro muy despacio en la habitación, y como no, la puerta se cierra a mi paso. Antes de que las cosas se compliquen aún más intentaré aplacar los ánimos con uno de mis pequeños sortilegios mágicos. Lo que había allí no era ningún demonio ni nada que pudiera hacer daño

Era simplemente un niño que se había quedado allí atrapado y debido al paso del tiempo su poder había aumentado provocando ese pequeño caos en la casa. No me costo mucho convencerle para que se marchará.

Y … ¡No! Me niego a decir toda esa palabrería de fue en busca de la luz.

Se fue y punto y espero que sea a un lugar mejor.

Me marchaba ya de la casa, cuando…

¿Como no? Un chico de los más agradable para los ojos, se puso delante de mi y con una sonrisa pícara en los labios me dijo:

- !Buen trabajo¡ pero aún tienes que mejorar

- ¿Mejorar?

Pero que se ha creído este guaperas, verás chaval quizás en otro cuento o en otro lugar la prota de la historia suspiraría con tus palabras, pero aquí en mi historia la respuesta a tu pregunta es:

- Si quieres que las cosas mejoren pontu la carne en el asador


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