Un amor lleno de adiós.

En el rojo de mi sangre
guardo la pasión que
viaja implacable en mis venas
cada vez que nos vemos.
Desbordada entre susurros y roces
se descubre la mujer, carne viva,
de deseos y lujurias, de noches vacías
de largas esperas.
Las manos buscan ávidas,
el cuerpo que entibia el espacio
tantas veces frio y ausente.
La boca se pierde en el mundo
inconfesable del sabor y la dulzura,
en el juego perverso de tu lengua.
Jugar el juego de la seduccion
querer atrapar en las redes de mi piel
tu olor, para que se impregne en mí
y poder sentirlo cuando ya no estés.
Temblamos extasiados mientras
la ternura gana la noche y tus labios
callan en mi cualquier reproche
Sensaciones de las mil y una noche,
vividas como en un sueño de los tantos
que la acompañan en su cama de hastío .
Susurros y gemidos se pierden en la entrega.
Una entrega con rabia y ansias contenidas,
una entrega que sabrá como siempre al final
a un amor con sabor a despedida.

Soñadora