Sexo bajo una lluvia de pétalos rojos
Por rblanco69
Enviado el 23/09/2015, clasificado en Adultos / eróticos
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Las caricias hacen arder nuestros cuerpos, los besos excitan nuestros sentidos, tus travesuras te llevan a saborear a mi más fiel amigo al punto que lo siento palpitar, explotar… tu lengua recorre mis testículos y disimuladamente toca los límites de mi perineo, eso nos hace volar tanto que grito de placer y te hace sentir tener el poder y el control de la situación, al punto que decides montarme con locura y vehemencia para llevarme al paraíso con tus movimientos de cintura y gemidos que anuncian el mayor de los orgasmos coronado por el correr de un fluido dulce y cálido que saboreo mientras nos recuperamos…. Aprovechando tu descanso y disfrutando tu piel tersa y joven sobre mi lecho me deslizo con cuidado de la cama para buscar juguetes que nos ayuden a pasar a otro nivel de locura. Primero empiezo a besar desde tus nalgas hasta tu cuello, que al erizarse le doy pequeños mordiscos que te hacen gemir suavemente y despertar de tu descanso, mis manos dan un masaje a tu espalda mientras que con locura te tomo por el cabello dominándote, colocándote un antifaz que te deja sin visión lo cual empieza acelerar tu corazón, los besos continúan y sigo acariciándote en cada rincón….Con rapidez ato tus muñecas con mi corbata mientras mi lengua juega con tus pezones que arden de pasión. Te pido con suavidad y firmeza te coloques boca abajo y salgo de la cama, la espera te excita, te vuelve inquieta porque eres fuerte, dominante, líder y una gran mujer… Te ruego esperes y sigilosamente sigo observando cada detalle perfecto de tu cuerpo. Ese cuerpo que sigue danzando sobre mi lecho con la música de la intriga y la espera de algunos minutos, mientras tratas de hablar silencio tus labios con los míos, sin tocar nada más de tu cuerpo… Decido besarte ahora toda sin parar llegando a los dedos de tus hermosos pies, estando allí inicio a colocarte las esposas de tobillo y separo tus piernas al asegurar cada tobillo a las esquinas de la cama, guao que hermoso cuadro se dibuja… tu linda cabellera sobre las sábanas blancas, tu trasero tonificado, terso, suave se levanta como un volcán a punto de erupción, observo como sin tocarte tus piernas están erizadas y justo en ese momento dejo caer sobre tu espalda una lluvia imparable de pétalos rojos aterciopelados, en ese instante imagino tu sensación de que tan suaves pétalos toquen continuamente tu piel porque te vuelves loca y tus gemidos son continuos, suaves y tu cuerpo muestra espasmos delicados, hasta ahora continuas sin mirar, totalmente a ciegas, solo tus sentidos al máximo… Sigo observándote y disfrutando oír que me pidas penetrarte profundo y firme, mis dedos recorren tus labios y clítoris, totalmente humedad, yo diría inundada de un líquido delicioso y caliente que empiezo a saborear con mi lengua juguetona, al mismo tiempo que tomo una rosa roja para comenzar a acariciar tu espalda y piernas con ella, tu cuerpo se convirtió en una piel erizada, sensible… y más cuando alternaba las caricias en tus genitales con la suavidad de la rosa y las travesuras de mi lengua. Seguías rogando que entrara dentro de ti pero este juego ponía mi miembro en un palpitar y pujante crecimiento jamás experimentado, hasta que confieso no aguante más y te envestí una y otra vez, donde ambos gritábamos de placer como nunca sentí en mi vida… Hiciste que parara mis envestidas con un movimiento de cintura en círculos continuos que me dejaban sin aliento, mientras me deleitaba con tu hermoso trasero, me pediste luego de un buen rato que tomara el control y lo hice halando tu cabello y cabalgando tu pompis hasta que llegamos a la locura, eyaculando sobre tus nalgas mi más preciado fluido caliente y espeso que comencé a frotar en tu espalda mientras nos dormíamos abrazados y aún ardientes…
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