Sal de tu burbuja

-Míralos-le ordenó el espectro al tiempo que tomaban asiento al fondo del autobús. Johan lo miró preguntándose a donde querría llegar. Sin embargo y aunque la orden volvió a emitirse, explicación alguna recibió.
Decidió hacer lo que pedía y cuando se hubo acomodado en aquel duro asiento echó un vistazo a la multitud que viajaba junto a ellos.
-No.-dijo de pronto con voz fría.-Fíjate en ellos. Míralos uno a uno y dime lo que ves.-dio instrucciones en aquella ocasión.
Obedeció una orden por primera vez en mucho tiempo. Cerca de una veintena de personas ocupaban el espacio en el vehículo como autentico ganado. Unos pocos afortunados sentados, al igual que él, y el resto de pie. Todos rehuían las miradas de los demás, abstraídos del mundo real con los auriculares conectados a sus oídos.
-Veo personas.-respondió simplemente, pues nada más había en aquel contenedor motorizado que personas.
-En efecto-dijo su extraño acompañante.-pero deberías haber ahondado más. Te dejaría probar otra vez pero el tiempo es valioso a pesar de tu condición.
 Johan asintió cohibido. La sombra le daba miedo y aunque su figuraba humana se acertaba entre la bruma que despedía, no dejaba de ser una criatura desconocida y extraña.
-No temas a lo desconocido Johan, por muy extraño que te parezca.-dijo leyéndole el pensamiento. Éste tragó saliva atemorizado.-Y ahora volviendo a lo que nos inmiscuye…ves personas y así es. Sin embargo para ti no son más que marionetas, personajes sin alma de un videojuego. Pero tú has leído libros y descubierto el alma de sus personajes. Y si un escritor puede crear personas con vida, sentimientos como los tuyos, ¿acaso no crees que ese artista es como tú también? Y si él lo es, ¿no lo son el resto de igual modo? Mírales y dime lo que ves de verdad.
Johan echó un vistazo una vez más al grupo. Fue a responder una mentira pero adelantándose a su farsa, la criatura volvió a hablar.
-Son seres humanos, personas. Y la condición humana incluye la mente. Tienen sentimientos, preocupaciones y sueños. Tienen una vida tan compleja como la tuya y no son inferiores a ti, son tus iguales. Ese es tu problema. Miras a tú alrededor y solo ves insectos. Tu odio al resto no desaparecerá hasta que no los mires con el respeto y la atención que requiere para ver lo que y cómo son. Siempre has pensado que están todos en tu contra pero no es así…es más, en realidad apenas se fijan en ti ya que eres alguien que se esconde, eres un paria por voluntad propia. Muy pocos saben de ti. Sal de la burbuja tras la que te ocultas al mundo y vive como debiste haber hecho tiempo atrás.