Denunciar relato
El destino juega sus cartas
y la distancia ayuda a romper
las cadenas que amarran un corazón.
La desilusión se adueña de los silencios
y mata poco a poco la ilusion.
Las espinas de tu rosa se clavan
como puñales sembrando dudas,
sangrando el sentimiento que batalla
por mantenerse en pie.
Sintiendo que las ausencias se transforman
en una carga emotiva destructiva,
es el momento de soltar y dejar ir.
No vale forzar, ni ofender, ni engañar
no me gusta guardar la esperanza
de un mañana mejor .
Como atar lo que dia a día se vive
como un sueño, un espejismo de amor
Nada puede hacerse cuando
los lazos se cortan y se dice adios.
Soñadora.
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