Hubo un tiempo donde
el color inundo mi ser y brillé.
Pero un día las sombras
se apoderaron de mi mundo
y ya en nada creí.
Deje fuera de mi vida
aquello que un día fuera
mi razón para vivir.
Poco a poco la escarcha
del desamor congeló
mi dolorido corazón.
El silencio cubrió mi risa
dejando una mueca atroz.
La rutina se volvió mi amiga
y la soledad mi refugio.
Todo en mi fue cáscara
y una horrible oscuridad
se apodero de mi ser.
Día tras día así vivía,
ya nada me causaba alegría.
Hasta que sin previo aviso
el calor de una mano sobre la mía
trajo un rayo de luz y lozanía .
La dura armadura se quebró
y algo en mi pecho brilló.
Con fuerza desbocada palpitó
y sintió nuevamente el calor del amor.
De mis cenizas resurgí,
del infierno de mi letargo salí
y con valentía me prometí,
que nunca mas volvería
al pozo de los tormentos
donde aquel día caí.
SOÑADORA
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