Cuando vientos de dolor soplan
fríos augurios de soledad saltan
no encuentro el consuelo de mi alma
ya nada que hablar hará nada...
Las heridas de mi pobre corazón
sangran de desesperación y dolor
ya nada calmará su herida de amor
jamás se curará, para él murió...
Ahora a recoger pedazos, se rompió
intentar arreglar el puzle que quedó
ya nada quedará igual, cicatrices
siempre que lata lo hará con terror...
Indiferencia, sé que solo queda
adiós a los días felices, hola penar
vagar por la vida con frialdad
y miedo que las campanas puedan sonar...
Noche serán llantos y lamentos
en la soledad del cuerpo reposar
el alma muerta y el corazón muerto
gracias por rematar lo poco que podía quedar
Era mi destino ser distinto
los demás viven yo sobrevivo
ahora solo le queda a mi destino
acabar ya de una vez conmigo.
Adiós maestros del dolor
ángeles negros y oscuros
me escondo ya en mi propio mundo
que lo de fuera para mi es inmundo...
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