Denunciar relato
Las muchachas de mi barrio tienen el pelo teñido, cubren sus canas y peinan sus melenas cortas. Por la tarde, a la caída de la calor, sacan sus sillas, y limpian los churretes. Como directoras de cine, graban sus nombres en el respaldo...para que no se las quite nadie. Allí pasan sus tardes de caramelo, porque en el sur, las tardes son espumas de algodón rosa, blandas son sus noches y atardeceres que invitan a sentarse con ellas.
Mujeres de antaño, fuertes como la roca y bellas entre las bellas. Madres de las de antes, y las de ahora, mujeres con Garbo, que han tenido poco y han dado mucho.
Comentarios
COMENTAR
¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales