El escaparate.
Allí estaba, mirando un escaparate tan preciosa como siempre, me coloque detrás suyo y nos miramos por el cristal, entonces ladeo un poco su bella cabecita ofreciéndome una visión más amplia de su apetecible cuello, coloque mis manos en su cintura y me aproxime un poco más a su escultural cuerpo, ella se acoplo en él de modo que nos fundimos en uno, mientras depositaba un rosario de besos en ese cuello que me cautiva.
De súbito nos encontrábamos en el centro de mi salón, seguía detrás suyo y mis manos subieron hasta sus hombros acariciando los brazos que permanecían a lo largo del cuerpo, deslice los tirantes de su blanco vestido que quedó a medio caer, al soltar la cremallera se fue mostrando ante mis ojos la espalda que fui besando y donde solo quedo un impedimento, el sujetador de media copa que emplea para realzar ese busto que me encanta, lo solté y al caer ya nada me separaba de la criatura más perfecta que haya visto nunca.
Entonces giró me miró a los ojos y supe lo que quería, comencé a recorrer su cuerpo con la lengua mientras ella me iba desnudando, se arrodillo frente a mí y comenzó con suaves besos lo que se convirtió en un carrusel, en todo momento me sentí su única meta en este mundo, no dejó de mirarme a los ojos como buscando aprobación, siguió así hasta que no pude aguantar más.
Me tense y comencé a soltar mi cálida esencia, a medida que eso sucedía cada vez notaba sus labios más suaves, hasta que en el cenit deje de notarlos, silencio oscuridad desconcierto; abrí los ojos y ahí estaba su imagen en la pantalla del ordenador salí de Facebook y apague el ordenador, fui al baño donde me quite la ropa y traté de limpiarme lo mejor posible sin hacer demasiado ruido, llevé la ropa al lavadero y la enjuague un poco para disimular las huellas de lo que había pasado.
Fui hasta la habitación y con cuidado me acosté junto a mi mujer, pasados más de quince minutos no podía dejar de pensar en lo sucedido ni quitarme de la cabeza la imagen reflejada en el escaparate, de forma instintiva alargue una mano y le agarre una teta a mi mujer, se dio la vuelta y tuvimos una sesión de sexo impresionante, cuando después de ir al baño nos disponíamos a dormir susurró.
.- Eso de hacerme acostar primero y quedarte en el ordenador lo tendrás que hacer con más frecuencia, no te preguntare que ves, si luego me tratas como hoy.
No respondí, nos besamos y dormimos abrazados.
©PobreCain
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