La primera novela de Caín (ingresado en un psiquiátrico de Madrid)

lo más absurdo fue que se levantó y le dijo al mundo que él no había matado a nadie pero el mundo le gritó que sí y que no había nada más que hablar porque todas las pruebas demostraban que había cortado el cuello al chino que insistió en decir no no no no no no no no no cuando querías pagar con un billete de cien euros un maldito lápiz

mil quinientos millones de chinos se cabrearon y tú escondiéndote como una rata bajo las faldas de tu mamá que como siempre estaba al frente de la familia y se defendía de la arremetida y se cargó ella solita a casi mil millones usando ese café de mierda que primero se llevó por delante a tu padre a tus hermanos a tus tíos y tías y a los jóvenes reyes tan guapos que hasta eran populares y queridos en bután sobre todo

y ahora en esta noche de lluvia y truenos y rayos y viento con rachas por encima de los noventa quilómetros por hora el muchacho o sea tú y no yo quieres ponerte gallito y volver a gritar que no mataste al chino pero obama putin merkel  hollande cameron rajoy y un apestoso orangután con boina roja en la cabeza han declarado a la ceneene y a trece teuve que las cámaras de seguridad grabaron el asesinato

y el tipo que sale mide casi dos metros pesa casi ciento cuarenta quilos es calvo con tatuajes en brazos cabeza rapada y cara y además se dirige al chino con señas porque es mudo

y tú puto enano cabrón hijo de la grandísima puta porque tu madre siempre fue muy puta muy mala muy sucia y muy enana vienes ahora a decirnos que no eres el de la imagen porque has pedido que te midieran y apenas hay setenta y cinco centímetros de carne y para cachondeo del tribunal de la haya te gastas un rabo que es la envidia de los elefantes del circo Price

qué te calles joder