Denunciar relato
Sí.
Venga ya.
Te lo juro.
¿En serio?
Como lo oyes.
Pues me dejas de piedra.
Así me quedé yo.
Es que de él no lo esperaba.
Ni yo.
Ni nadie.
Ni nadie, tú lo dices.
¿Y cómo fue?
De repente.
Y tan de repente.
Estaba como tú ahora, hablando, sentado, tomando una cerveza, comiendo aceitunas, echando un vistazo al partido en la tele, otro vistazo al móvil, y, bueno, ya te digo, lo mismo que tú.
Increíble.
Y así, sin más, un golpe seco en la frente, con tres dedos, estos tres dedos, y sin sufrimiento, te lo juro, se desparramó en el asiento. ¿Me oyes?
Vaya, otro amigo perdido. No tengo remedio. Y ya van...
Comentarios
COMENTAR
¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales