"Los sueños, sueños son" 1ª Parte

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Un destello de luz me da de lleno en pleno ojo izquierdo, a pesar de estar cerrado y aún mas cuando aprieto ambos parpados para evitar que esa puñetera luz consiga penetrar hasta mi cornea, sigo notando esa claridad y no puedo por mas que abrir esos ojos preciosos que Dios me ha dado. Me parece que se nota que estoy encantado con ellos, me da lo mismo, es cierto. Estos dos enormes ojos rasgados, con un iris de color aguamarina con destellos verde esmeralda, miran cabreados hacia la rendija de la persiana por la que el haz de luz consigue colarse .
-¡ Joder si tiene que ser muy temprano!.- Refunfuño al tiempo que agarro mi frente  para evitar que mi cerebro salte de mi cráneo y se vaya de picos pardos sin mi. Cuando estoy seguro que no va a hacerlo mi mano izquierda  coge el móvil de encima de la mesita y lo planta frente a estas dos preciosidades, pulso el botón y algo turbio consigo descubrir que son las 2 de la tarde, o como dicen en la tele las catorce horas. Por supuesto, mi mano derecha sigue en mi frente, que este seguro no quiere decir que no valla a hacerlo.
No recuerdo  como llegue a la cama, ni siquiera de como había llegado hasta mi casa, ni donde había estado. Eso si, lo que es seguro es que no es alzheimer.


Un agradable aroma a comida apetitosa llega hasta mis fosas nasales, juraría que se trata de las moléculas olorosas que desprende un buen trozo de jamón a la plancha, las que llegan por ese natural proceso de difusión de las mismas  hasta mi nariz.
Mi estomago no esta de acuerdo con mi olfato,  me da una sacudida que casi consigue que la leche que mamé de mi madre vuelva a ver la luz. Soy un tío duro y consigo evitar que aquel primer calostro salga por mi boca.
Consigo levantarme de la cama y me dirijo hacia la cocina de este maravilloso ático de 500 metros cuadrados que poseo cerca de La ciudad de las Artes en Valencia. Cada estancia esta decorada con elementos de países diferentes, y es un gustazo al recorrer esta humilde morada la sensación que me invade de estar viajando por el mundo entero. Por supuesto ya le he recorrido varias veces en realidad. Me encanta viajar.


Entro en la cocina de estilo colonial americano, he de reconocer aunque peque un poco de falsa modestia, que tengo un gusto exquisito para la decoración.






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