A ningún lugar

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Con el tiempo había aprendido a desechar las viejas excusas inservibles, todas ellas llevaban a algún momento de verdadera extrañeza. Este sábado lo dedicaría a caminar por los derroteros de la ilusión, territorio inaccesible para las etapas de su vida. Recordaba aún aquellas noches febriles, repletas de batallas contra la ausencia de una firma, su biografía. Fueron horas interminables de debatirse a sí mismo y batirse en duelo continuo con las decepciones por llegar, tantas incógnitas que ya dejaban entrever la patita en esa dimensión que habitaba junto a sus sueños.

En ocasiones se sorprendía caminando junto al desfiladero de sus sin razones, con la esperanza de atisbar la menor pista que le condujese a empezar con otra contienda. Siempre la última estancia se convertía en una de las primeras en volver a tocar los hilos de la incertidumbre. Creía adivinar cual rápido se agotan las vidas, y ya era consciente de lo voluble que eran los pensamientos más arraigados en nuestro interior. Estos mutaban sin preguntar al sujeto que aguardaba lo óptimo: la llegada a otro episodio que  nos contase más, una perspectiva forzada por nuestros anhelos de validar toda una vida.

Estaban desprovistas las estampas de sus días del calor de lo vivido, y de vez en cuando seguían llegando a su balcón palabras surgidas de lo misterioso, eso que nos da un soplo de vida a pesar de desaparecer poco después. El calendario desprendía sus hojas en medio del escepticismo de alguien como él, antiguo visitante de las cuevas cercanas a la melodía teñida de esperanzas y con el brillo de lo que se espera.

En el fondo, justo ahí se encontraba su espíritu, cansado y sin embargo alado, guardando cada destello que llegaba a su ventana, sabedor de que a la mañana siguiente, con su bruma, terminaría calando la inocencia de su mirada. A pesar de que no podía tener ninguna certeza, sus pies pisaban las baldosas color cielo, dejándose muchas veces llevar por esa melodía que emanaba de su interior por el simple hecho de avanzar sin la seguridad de ir a ningún lugar.


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