Denunciar relato
Cuando Fernando vio la pequeña cafetería a un lado de la ruta, creyó estar viendo un espejismo. Su estómago había estado gruñendo de hambre hacia varios kilómetros ya. Estaciono su camión junto al pequeño lugar, entro, busco alguna mesa algo apartada y se sentó. Comenzó a hojear el menú, buscando algo que le llamara la atención. Cuando vio pasar a la mesera, Coquita, estiro su mano y rozo su brazo para llamarle la atención, esta se detuvo.
-Estoy listo para pedir.- dijo con una sonrisa Fernando.
-No.- respondió fríamente Coquita, sacándole el menú de las manos y alejándose de él.
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