No sé que tiene la banda sonora de American Beauty pero cada vez que la escucho siento la necesidad imperiosa de masturbarme. Aunque Para masturbarme también me hace falta ponerla. La necesitaba escuchar para tocarme y llegar a mi final feliz.
Me dejaba embriagar por sus melodías y dejaba que mi mano recorriera y tocara mi punto máximo de placer.
No sé si eran solo las canciones o si por el contrario, la película me había afectado también en cierta medida.
Ver como el personaje de Kevin Spacey busca su satisfacción personal, como cambia su concepto de belleza, la sexualidad que pretende emanar ante alguien más joven que él, me produce una dulzura que me excita.
Pero también me excita Kevin Spacey.
Le imagino intentando seducirme y yo dejándome.
Besándonos en la cocina. Yo sentada en la encimera sólo con una camiseta y unas braguitas.
Yo humedeciéndome con sus besos y él con su pene cada vez más erecto.
Él buscando mi humedad con su mano y por consecuencia, provocando más.
Introducir sus dedos en mí.
Robarme un jadeo y atrapándolo rápidamente con un beso.
- ¡Oh Kevin!- Pienso.- Sigue así.
Saca sus dedos y se baja el pantalón y sin quitarme siquiera las bragas, sólo haciéndolas a un lado, me penetra y me embiste.
Se queda un momento quieto disfrutando de ese calor húmedo que él mismo ha provocado y a continuación sale de mí para volver a introducirse.
Coge ritmo. Va más rápido.
Cierro los ojos fuerte.
Me empiezo a marear.
Me voy a otro lugar.
¡Oh!
Mi respiración se corta y sí, me voy. Y lo hago segundos antes de que finalice la canción de Any other name.
Gracias por leerlo! Espero que os haya gustado. Llevaba un tiempo sin escribir por aquí y estoy contenta de volver a publicar.
Un saludo:
Ontanaya
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