Crimen en mi Barrio. (Historia real ).
La lluvia me obligó a refugiarme bajo el techo del paradero de buses y juntarme con otras personas que esperaban locomoción colectiva. Como hacía pocos meses había llegado a mi barrio como flamante detective, las miradas de curiosidad de algunos hacían que me sintiera satisfecho.
—¡Qué mujer tan mala! Quién hubiera creído que una muchacha tan hermosa matara a su propia madre. Y lo peor de todo es que la policía no tiene idea de lo ocurrido.
La conversación de tres señoras junto a mí hizo que les prestara atención. Como policía novato soñaba con aclarar un homicidio y aparecer en la prensa.
—Dicen que el cadáver lo habría escondido en un cuarto en el fondo de la casa.
Imaginaba el revuelo que produciría cuando llegara al cuartel con tremenda novedad. Agucé el oído y anoté mentalmente todos los datos que las locuaces féminas me proporcionaban, tal vez intencionalmente al saber que yo era oficial de la policía civil.
Medité que mi trabajo me tenía tan abstraído que apenas llegaba a mi casa, a los novatos nos cargan con trabajo. Miré a las mujeres y “les tomé la fotografía” para recordar quienes podían ser las testigos en la investigación.
—¡Qué lástima, comadre, hoy tengo que estar ausente hasta muy tarde!
—No se preocupe, ña Peta. Mañana le cuento el capítulo que usted no verá.
¡Plop!
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